¿Cuántas horas deben los niños jugar a videojuegos?

Aquellos que juegan nueve horas o más a la semana tenían más probabilidades de tener problemas sociales y de comportamiento

En Estados Unidos, un 97% de los jóvenes de entre 12 y 17 años juegan a videojuegos que presentan alguno de estos elementos: sangre y gore, violencia intensa, fuerte contenidos sexual o uso de drogas

¿Cuántas horas deben los niños jugar a videojuegos?

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SPORT.es

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Los videojuegos representan una de las alternativas de ocio preferidas por los niños. Y en esencia, según se desprende de una investigación española, de la que se hace eco el medio especializado en salud WebMD, es una práctica saludable, dado que "puede mejorar las habilidades motoras, el tiempo de reacción e incluso el rendimiento académico de un niño". Después de todo, el cerebro presenta una enorme plasticidad en estos primeros compases de la vida y unos estímulos moderados pueden servir para favorecer el desarrollo. Pero es muy importante ese apunte: moderados. Porque el exceso puede resultar perjudicial.

En concreto, y como apuntan desde este medio estadounidense, "los investigadores descubrieron que estas mejoras en las habilidades relacionadas con los videojuegos comenzaron a maximizarse tras unas 8 horas de juego a la semana". Con estas cantidades mesuradas, y según el psicólogo clínico infantil Randy Kulman en un artículo para Psychology Today, no solo se optimizarían algunas habilidades motoras y reactivas, sino también el ajuste psicológico y la autoestima. Además, dice el experto, hay una razón más sencilla para dejar que nuestros hijos jueguen a videojuegos: "Los niños aprenden a través del juego".

No obstante, "aquellos que juegan nueve horas o más a la semana tenían más probabilidades de tener problemas sociales y de comportamiento". Eso sitúa el limite de horas que un niño debe usar la consola a  una hora y 17 minutos diarios. O, para no volverse locos, cinco días de juego de una hora y dos días algo más permisivos de dos horas, que podrían coincidir con el sábado y el domingo, días de descanso . Por debajo de estos números, las pruebas científicas revelaron una alteración en la materia blanca de los ganglios basales del cerebro y una mejor comunicación entre circuitos cerebrales implicados en el aprendizaje.

Todo esto proporciona una conclusión que, para el doctor Jesús Pujol, director de la unidad de investigación de resonancia magnética del departamento de radiología del Hospital del Mar de Barcelona y autor de este estudio, es de sentido común: "Que los videojuegos, per se, no son buenos ni malos". Todo depende de la utilización que hagamos de ellos. Y eso pasa no únicamente por la cantidad de horas que pasamos jugando a la consola o al smartphone, sino también y muy especialmente por la naturaleza de los juegos. Es diferente pasar muchas horas jugando a videojuegos violentos que jugando a videojuegos no violentos.

En Estados Unidos, por ejemplo, un 97% de los jóvenes de entre 12 y 17 años juegan a videojuegos que presentan alguno de estos elementos: sangre y gore, violencia intensa, fuerte contenidos sexual, uso de drogas, según datos del Pew Research Center, de los que se hace eco la Harvard Health Publishing. Los científicos no terminan de ponerse de acuerdo en torno a si la exposición a estos contenidos aumenta o no la violencia en el mundo real, pero no existe necesidad ninguna de correr el riesgo. Los padres deben tomar precauciones para que los contenidos de los videojuego se adapten a la edad de sus hijos.