¿Es malo teñirse el pelo?

Los tratamientos semipermanentes son menos perjudiciales que los permanentes

Teñir nuestro cabello implica, en todos los casos, aplicar sustancias químicas capaces de producir cambios estructurales

Teñirse el pelo es algo normal entre la población

Teñirse el pelo es algo normal entre la población / Pixabay

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Teñir nuestro cabello implica, en todos los casos, aplicar sustancias químicas capaces de producir cambios estructurales en el mismo y, en consecuencia, de provocar algunos daños. No obstante y como cuentan en Aussie, marca australiana de productos para el cuidado del cabello, "el nivel de daño depende de diversos factores como el tratamiento, la fórmula o la condición del cabello existente". Así, los daños producidos por las fórmulas decolorantes -aquellas destinadas a generar colores más claros del natural- son superiores a los daños producidos por las fórmulas colorantes -destinadas a generar colores más oscuros-.

Esto responde al funcionamiento de cada una de esas dos variedades de fórmulas. Según los especialistas de Aussie, "cuando te tiñes el cabello más oscuro, estás levantando la cutícula y agregando moléculas de color, mientras que cuando aclaras o decoloras tu cabello, estás levantando la cutícula y descomponiendo los ácidos grados naturales para alterar el pigmento". Esto no quiere decir que los colorantes sean inocuos, sino que las fórmulas diseñadas para aclarar o decolorar suelen ser más nocivas para la salud capital ya que generan cambios estructurales más profundos. Especialmente si lo hacemos una y otra vez.

Del mismo modo, los tratamientos semipermanentes son menos perjudiciales que los permanentes. Y esto ocurre porque "los tintes semipermanentes no abren el tallo del cabello, lo que significa que el cambio tiene lugar únicamente en la superficie". Por esta razón, y lavado tras lavado, el color implantado cede más y más centímetros al color natural, que permanece intacto bajo la capa colorante. En cualquier caso, y una vez más, eso no significa que los tintes semipermanentes sean completamente inofensivos. Es muy importante no abusar de ellos. Sobre todo cuando nuestro cabello carece de la suficiente salud inicial.

"Si nuestro cabello ya está débil, seco y quebradizo, aplicarle productos químicos y alterar la estructura que tienen sus hebras solo lo empeorará", agregan desde Aussie. Por eso debemos consultar previamente con el especialista de confianza para determinar en qué condiciones de salud se encuentra nuestro pelo. Y, en caso de no encontrarse en las mejores, seguir un tratamiento de recuperación y no teñirse el cabello hasta que el tratamiento haya terminado con éxito. De lo contrario, "el cabello puede volverse más propenso a la rotura, el encrespamiento y la decoloración". No merece la pena. El resultado no será el esperado.

Por supuesto, a los condicionantes anteriores debemos sumar uno bastante evidente: la calidad del tinte. No en vano, y según apuntan en el medio especializado en salud Everyday Health, "en 2004, el Environmental Working Group, una agencia de defensa e investigación ambiental sin fines de lucro, analizó 117 tintes para el cabello y descubrió que alrededor de 80 tenían sustancias químicas que podrían representar un riesgo de cáncer". Probablemente, y aunque suelen proporcionar resultados de coloración o de decoloración más efímeros, lo más conveniente sea confiar en productos naturales de máxima calidad.