¿Cuántas veces hay que regar los tomates?

El cultivo de frutas y verduras particular ha experimentado un gran crecimiento en las últimas décadas

Uno de los más practicados es el cultivo de tomates

¿Cuántas veces hay que regar los tomates?

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SPORT.es

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El cultivo de frutas y verduras particular ha experimentado un gran crecimiento en las últimas décadas. Y de todos los cultivos, uno de los más practicados es el cultivo de tomates, una fruta especialmente trascendente en nuestra alimentación mediterránea. Además de su increíble sabor y sus propiedades beneficiosas para el organismo, son muy fáciles de cultivar en líneas generales. Pero una duda muy habitual de quienes intentan cultivar esta planta es cuánta agua necesitan para sobrevivir y prosperar. Después de todo, cada planta tiene sus propias características únicas y presentas necesidades muy particulares.

En el caso del tomate, y según cuentan desde la empresa estadounidense de fertilizantes y productos para el cuidado de los cultivos Espoma, todo depende del estadío en que se encuentre. Así, durante el periodo en el que se cultivan las plántulas del tomate es necesario vigilarlas muy de cerca para que no se sequen nunca. Si bien estas plántulas requieren muy poca agua, son temporalmente débiles y el secado podría matarlas. Para mantenerlas hidratadas correctamente, dicen desde Espoma, debemos "usar una botella rociadora para rociar las plántulas y mantener húmeda solo la parte superior del suelo".

Posteriormente, y conforme las plántulas comiencen a brotar y a crecer, requerirán una mayor cantidad de agua. Primero, durante la etapa temprana de la temporada de crecimiento, deberán ser regadas diariamente durante las mañanas, con un volumen aproximado semanal de 25 mililitros de agua por planta. En adelante, y cuando las temperaturas hayan aumentado lo suficiente, tendrán que realizarse dos regados diarios, para un volumen semanal total de unos 50 mililitros de agua por planta de tomate. No obstante, es esencial tener en cuenta que las condiciones pueden variar de un caso a otro. Es solo una referencia.

Además, desde el portal web especializado Dengarden exponen otras recomendaciones relacionadas con el riego de los tomates más allá de la cantidad de agua o de la frecuencia. "Cuando rigues los tomates, nunca viertas agua sobre la fruta o sobre las hojas a menos que sea el amanecer o el anochecer", dado que "una vez que sale el sol, estas gotas pueden terminar quemando la planta". Además, tampoco es recomendable un regado directamente sobre el tallo de la planta, sino alrededor del mismo, puesto que esto "fomenta que las raíces se extiendan" y la planta crezca mucho más fuerte. Ah, y nada de regar en la noche.

El por qué de esto último lo encontramos en el portal web español Guía de jardinería, donde explican que "los hongos necesitan humedad y temperaturas frescas para prosperar, por lo que, si regamos por la noche, en cierta manera le estamos facilitando el trabajo y propiciándoles sus mejores condiciones para vivir". Por último, hay otros dos consejos de este mismo portal que debemos considerar. Por un lado, regar lentamente. Y, por otro lado, implementar un acolchado con materia orgánica para retrasar la evaporación y darle una mayor aireación al suelo, lo que repercutirá tanto en ahorro como en salud para la planta.