¿Cada cuánto hay que ducharse?

Descubre la asiduidad perfecta para tu higiene

Ducharse en la medida perfecta

Ducharse en la medida perfecta / Pixabay

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Los hábitos de higiene tienen en muchas ocasiones un origen más cultural que científico. Así se comprende la variedad existente en la frecuencia de ducha entre los ciudadanos de los diferentes países del mundo, tal y como demostró Euromonitor International mediante una encuesta realizada en 2014. Mientras que en los países asiáticos como Japón o China las duchas semanales se encuentran en torno a las cinco, en otros más cálidos como Brasil alcanzan un número muy superior: hasta once. En España nos situamos ligeramente por debajo de las siete duchas semanales. ¿Pero cuánto deberíamos ducharnos según los expertos médicos?

Es complicado. Después de todo, como explica en la revista SELF Mary L. Stevenson, profesora asistente del Departamento de Dermatología Ronald O. Perelman del NYU Langone Health, "la razón principal por la que nos duchamos es para eliminar el sudor y las células muertas de la piel, quitar la suciedad y los escombros y prevenir cosas como el olor corporal". Sin embargo, la sudoración, la acumulación de células muertas y la suciedad generada dependen de factores tanto genéticos como ambientales de cada persona. Por eso todos los dermatólogos encuentran dificultades para establecer una frecuencia perfecta de ducha. Es un mito.

Especialmente esa verdad popular que dice que debemos ducharnos al menos una vez al día. En realidad, le cuenta a SELF la dermatóloga estadoundiense Emily Newsom, del Centro Médico Ronald Reagan UCLA, esto de ducharse diariamente tiene mucho más de norma social que de necesidad biológica. Hasta tal punto que la doctora Stevenson recomienda ducharse únicamente dos o tres veces por semana. ¿Deberíamos hacerlo dos o deberíamos hacerlo tres? Pues depende tanto de nuestros hábitos como de nuestra tendencia natural a la producción de grasa y a la sudoración. Por eso resulta fundamental que conozcamos nuestro cuerpo.

También que incluyamos el factor ejercicio en la ecuación. Al fin y al cabo, entrenar en el gimnasio todos los días hasta acabar empapados en sudor o caminar diariamente bajo fuertes temperaturas debería aumentar la frecuencia con la que nos duchamos. Incluso podemos tomar esa ducha diaria si lo deseamos. Lo esencial según Melissa Piliang, demartóloga de la Cleveland Clinic, es ducharse adecuadamente: "para la mayoría de personas una ducha diaria está bien siempre que eviten las prácticas agresivas". ¿Pero cuáles son? Desde la ducha muy prolongada hasta la ducha con agua muy caliente, pasando por el uso de jabones muy fuertes.

En definitiva, debemos establecernos frecuencias de ducha acordes a nuestras necesidades particulares. En ese sentido es muy importante que nunca bajemos de las dos duchas semanales en caso de baja necesidad, así como aumentar dicha cifra en caso de entrenamiento, altas temperaturas o excesiva sudoración. Porque tan poco saludable resulta ducharse demasiado o con demasiada agresividad como ducharse muy poco. Así lo afirma el dermatólogo Shilpi Khetarpal, también de la Cleveland Clinic, en la web oficial de la misma.

Hay muchos otros efectos secundarios más allá del mal olor corporal. Algunos de ellos muy desagradables. Como la aparición de caspa. Según el experto, "todos tenemos levadura que vive en las glándulas sebáceas de nuestra piel. Si no lavas tu cabello con frecuencia esa levadura se multiplica e irrita el cuero cabelludo". También el desarrollo de brotes de eccema. "Para las personas con eccemas es importante tomar duchas de manera que eliminen los alérgenos y las bacterias", apunta Khetarpal. Por último, la escasez de higiene está detrás también de la proliferación de la bacteria Cutibacterium acnes, responsable del temido acné. Así que ni mucho ni poco. Estamos obligados a encontrar nuestra frecuencia ideal. No existen fórmulas mágicas.