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Maxi Arce y Pablo Lijó: Un idilio abonado a las hazañas

La pareja hispano-argentina se reencontró con su mejor versión para plantarse a cuartos de final en Milán

Pablo Lijó y Maxi Arce se abrazan tras pasar a cuartos de final

Pablo Lijó y Maxi Arce se abrazan tras pasar a cuartos de final / Premier Padel

Angie F.G.

Todo partido hay que jugarlo. Los rankings suelen ser más que indicativos de lo que puede ocurrir dentro de una pista. "los números no engañan", decía siempre el mítico Fernando Belasteguín. Pero la realidad es que torneo tras torneo se dan sorpresas inesperadas con parejas que de repente se encuentran con el partido perfecto todo les fluye, sacan su mejor versión y la suerte se decanta de su lado.

Esta experiencia están viviendo la dupla Pablo Lijó y Maxi Arce. El gallego, un veterano de 34 años que lleva tiempo merodeando entre los mejores, no ha conseguido a lo largo de su carrera dar este salto al Top 20 pese a su gran talento, tiene un físico portentoso y un carácter muy temperamental que está consiguiendo canalizar en la pista, lo que le está dando mucho rédito. El zurdo argentino, recién llegado a Premier Padel procedente de A1 Padel, está demostrando que tiene nivel para luchar contra los jugadores Top y buscándose en hueco en el circuito de la FIP.

Desde que se unieron para jugar algunos partidos en A1 Padel, esta pareja no ha parado de crecer y el primer golpe lo dieron en el P1 de Madrid, segundo torneo tras el parón veraniego donde protagonizaron en octavos la eliminación de Paquito Navarro y Lucas Bergamini (6-4 y 6-4) y en cuartos de final pusieron contra las cuerdas nada menos que a Arturo Coello y Agustín Tapia a quienes les obligaron a dar el 200% para llevarse el partido por un ajustado 7-6 (2), 6-7 (6) y 6-3. Fue Madrid un aviso de que están aquí por algo, porque creen en ellos y porque no van a dar de comer a nadie, al contrario, presentarán batalla en todo momento.

Llegaron el Major de París, el P2 de Alemania y el P1 de Rotterdam donde su proeza madrileña no tuvo continuidad. Pero este jueves en Milán, Arce y Lijó fueron los grandes protagonistas de la jornada con una remontada extrema que pocos podían imaginar cuando en un abrir y cerrar de ojos se encontraron con un 6-0 a favor de Javi Leal y Lucas Bergamini en el partido de octavos de final.

Reset, cambio de chip y a por el partido. Fue tal el cambio de mentalidad que lograban darle la vuelta al marcador y después de 2 horas y 24 minutos de excelencia en la pista se plantaron a cuartos de final ganando por 6-0, 6-7 (4) y 4-6. Menuda gesta se marcó la dupla hispano-argentina que este viernes se medirá a la pareja número dos, Chingotto y Galán, quienes dieron cuenta de Tello y Alonso por 6-4 y 7-5.

Maxi y Pablo celebran el triunfo en octavos de final de Milan

Maxi y Pablo celebran el triunfo en octavos de final de Milan / Premier Padel

Javi García y Javi Barahona acabaron con el sueño de Pol Hernández y Guille Collado y en cuartos tienen el reto de ganar a Di Nenno y Augsburger quienes sufrieron lo indecible para eliminar a un incombustible Miguel Lamperti y al joven Juani De Pascual (7-6 (3) y 7-5). Coello y Tapia se miden a Jon Sanz y Paquito Navarro en el que será uno de los partidos más emocionales de la jornada de cuartos mientras que Franco Stupaczuk y Juan Lebrón buscarán las semifinales ante Momo González y Fran Guerrero.

Emocionante despedida de Lucía Sainz y Patty Llaguno

En el cuadro femenino las ocho primeras cabezas de serie lograron su pase a cuartos de final en una jornada donde las número dos, Paula Josemaría y Ari Sánchez, volvieron a tener un partido irregular que acabaron ganando por 6-1, 4-6 y 6-3 frente a Noa Cánovas y Laia Rodríguez.

Fue un día de emociones ya que Milán asistió al último partido de una de las parejas más longevas del cuadro femenino. Lucía Sainz y Patty Llaguno se separan después de este torneo de conde cayeron eliminadas a manos de Claudia Fernández y Bea González en un duelo muy luchado que las veteranas jugadoras acabaron cediendo por 6-3 y 7-6 (6). Murieron con las botas puestas. Se despide una pareja que ha demostrado que la edad es solo un número si uno se cuida y trabaja como el que más.