Kike Salas: el campeón del mundo de pádel que triunfa en el Sevilla

Con 11 años era el mejor del mundo en el pádel, pero el de Morón de la Frontera cambió la pala por el balón para triunfar en el Sevilla

El defensa del Sevilla Kike Salas celebra su gol durante ante el Mallorca.

El defensa del Sevilla Kike Salas celebra su gol durante ante el Mallorca. / EFE/José Manuel Vidal

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Hay historias que parecen hechas para ser contadas. La de Kike Salas, nacido en Morón de la Frontera en 2002, es una de ellas. Hoy es conocido por ser defensa del Sevilla FC y, más recientemente, por una investigación que ha puesto en entredicho su reputación. Pero antes de todo eso, antes del fútbol, antes del ruido, Kike fue un niño prodigio con una pala en la mano.

Con solo 9 años, Salas ya destacaba en el mundo del pádel. Y no solo por su desparpajo o su movilidad en pista, sino porque en 2011 se proclamó campeón del mundo en la categoría benjamín. Aquel título lo consiguió, nada más y nada menos, ganándole en la final a Arturo Coello, que años después alcanzaría la cima del ranking mundial profesional y hoy es el mejor dirve del pádel profesional. Lo que parecía entonces una anécdota de niño precoz, hoy se recuerda como un episodio curioso y revelador: el pequeño sevillano derrotó al que sería número uno del mundo.

Kike Salas en el Campeonato de España de menores de 2014 donde se enfrentó a Arturo Coello

Kike Salas en el Campeonato de España de menores de 2014 donde se enfrentó a Arturo Coello / FEP

Kike lo tenía todo para seguir en el pádel: talento, competitividad y una proyección tremenda. Pero, quizás influenciado por su tío Víctor Salas, ex jugador del Sevilla, eligió el balón. A los 13 años entró en la cantera del Sevilla y pronto empezó a escalar. Debutó con el primer equipo en 2022 y, tras varias cesiones y partidos con el filial, fue consolidando su presencia en el vestuario nervionense. El fútbol le ofrecía un escenario más grande, una carrera más estable, quizás más mediática. Dejó la pala, pero no la pasión competitiva.

Problemas con la justicia

Y, sin embargo, el destino le tenía preparada una curva inesperada. A principios de 2025, su nombre salió en los medios por estar presuntamente implicado en un caso de apuestas ilegales. Se le acusa de forzar tarjetas amarillas en partidos oficiales para beneficiar a terceros que habrían ganado dinero apostando en su contra. Una mancha difícil de borrar para un jugador aún joven, que renovó su contrato con el Sevilla hasta 2029 y que había comenzado a asentarse.

Pero más allá del caso —que deberá esclarecerse por la vía penal—, lo que vuelve nos ocupa es su pasado con la pala. Hay quien, al recordar aquella final infantil ante Coello, se pregunta si no habría sido más feliz en el mundo del pádel, donde reina hoy la profesionalidad pero no tanto el ruido. Otros, simplemente, ven en su historia una prueba de que el talento no basta, que las decisiones pesan y que las trayectorias pueden cambiar en un instante.

No se puede decir en absoluto que le haya ido mal en el fútbol, no es fácil llegar a un primer equipo en la Liga española, pero viendo la fuerza que está adquiriendo el pádel a nivel internacional y el dinero que se mueve hoy en día en este deporte, quizás su elección ya no se vea tan acertada.

Hoy en día, Arturo Coello podría incluso estar ganándose mejor la vida que su verdugo en la final del Mundial de benjamines, aunque también es cierto que hace 12 años nadie podía esperar el salto que ha dado el pádel a nivel profesional.

Además Kike Salas, el niño que venció al número uno, el chico que cambió la pala por el balón, vive ahora el partido más complicado de su vida. Pero el pádel, al menos, guardará para siempre aquel día en el que un pequeño andaluz escribió su nombre en la historia mundial de este deporte.

Y el nombre no era ni Paquito Navarro, ni Javi Garrido, ni Juan Lebrón, ni Momo González, por poner el nombre de grandes jugadores nacidos en Andalucía. Su nombre es Kike Salas, el actual defensa del Sevilla que busca conquistar a su nuevo entrenador, Joaquín Caparrós, después de la destitución de García Pimienta. El club hispalense ocupa hoy la décimoquinta plaza de la clasificación de LaLiga con 37 puntos.