Belasteguín-Gutiérrez y Stupaczuk-Ruiz, finalistas en Madrid

El Wizink Center fue testigo de un duelo homenaje para los aficionados del pádel

Belasteguín (nº 6 mundial) y Gutiérrez (4) hicieron valer su mejor ránking ante Coello (42) y Lamperti (23)

Sanyo y Bela se entienden de maravilla dentro y fuera de la pista

Sanyo y Bela se entienden de maravilla dentro y fuera de la pista / VALENTÍ ENRICH

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Los argentinos Fernando Belasteguín y Sanyo Gutiérrez y la dupla formada por el también argentino Franco Stupaczuk y el español Alejandro Ruiz disputarán este domingo la final masculina del Abierto de Madrid, primer torneo del World Padel Tour.

Derrotaron en sus respectivas finales a la dupla hispano-argentina Arturo Coello-Miguel Lamperti por 7-5 y 7-6 y al dúo conformado por el brasileño Pablo Lima y el argentino Agustín Tapia por 6-4, 6-7 y 6-1.

El Wizink Center fue testigo de un duelo homenaje para los aficionados del pádel. Cuatro de las mejores palas del planeta se dieron cita en las semifinales del Abierto de Madrid.

Lima y Tapia, atendiendo al ránking, partían como favoritos, pero la voracidad de Stupaczuk y Ruiz, que se estrenaban como dueto, se impuso a la veteranía de sus oponentes para hacerse un hueco en la gran final.

En el primer set, Alejandro Ruiz, impulsado por el aliento del público madrileño, consiguió imponerse junto a su compañero por 6-4. Fue un buen arranque, pero Lima y Tapia no habían dicho su última palabra.

La segunda manga fue una oda al pádel. Se vivió una batalla trepidante que, fruto de una máxima igualdad, se tuvo que resolver en el ‘tie-break’. En el set definitivo la pareja hispano-argentina se hizo gigante y barrió por un contundente 6-1 a los sudamericanos.

Para el malagueño será su primera final como profesional y la contienda contará con el aliciente de ver enfrentados a Stupaczuk y Gutiérrez, compañeros de destino en la pasada temporada.

En la otra semifinal Belasteguín (nº 6 mundial) y Gutiérrez (4) hicieron valer su mejor ránking ante Coello (42) y Lamperti (23), pero se vieron obligados a realizar un esfuerzo encomiable para conseguir el pase.