¡Una locura de carrera! Manu Vilaseca conquista el podio en la Tahoe 200 Endurance Run

La Tahoe 200 Endurance Run no es solo una carrera: es un desafío monumental que pone a prueba la resistencia física, la gestión mental y la capacidad de adaptación durante más de tres días en movimiento. En ese escenario imponente del norte de California, Manu Vilaseca firmó una de las grandes actuaciones de su carrera: tercera posición femenina, con un tiempo de 66 horas, 52 minutos y 7 segundos, después de recorrer más de 322 kilómetros y superar 11.200 metros de desnivel positivo por senderos técnicos, pasos de montaña y bosques alpinos.

La salida y llegada estaban situadas en Homewood, en la orilla oeste del lago Tahoe (California), pero la prueba fue mucho más que un recorrido circular. La prueba atraviesa valles, sube cumbres, serpentea por bosques alpinos y castiga al cuerpo con cambios de temperatura y un terreno técnico que no concede tregua. El perfil de la carrera, con zonas por encima de los 2.500 metros de altitud, convierte esta cita en una de las más duras y respetadas del calendario norteamericano.

La lucha por el podio femenino fue intensa desde el inicio. La estadounidense Rena Schwartz impuso un ritmo demoledor y se escapó en solitario hacia la victoria. Por detrás, Claire Bannwarth, veterana de mil batallas y una habitual de las grandes distancias, y Manu Vilaseca protagonizaron un duelo estratégico que se mantuvo durante buena parte de la carrera. 

Fue en los últimos tramos, cuando las fuerzas escaseaban y cada decisión cuenta, donde Vilaseca supo marcar la diferencia: administró mejor los descansos, afinó la alimentación y mantuvo la concentración para dejar atrás a Bannwarth y asegurar una tercera plaza que vale oro. "Di todo lo que tenía, y más", resumió la corredora al cruzar la meta. Un mensaje breve, pero elocuente tras casi tres días en carrera.

La carrera que lo cambia todo

Inaugurada en 2014, la Tahoe 200 Endurance Run se ha consolidado como una de las grandes referencias del ultratrail estadounidense en el formato de 200 millas. Su recorrido, que traza un espectacular bucle alrededor del lago Tahoe —el más extenso de la Sierra Nevada—, representa un reto tan físico como estratégico. A lo largo de más de 320 kilómetros y 11.000 metros de desnivel acumulado, los participantes deben gestionar el sueño, la alimentación y los cambios de temperatura mientras avanzan durante jornadas completas con tiempos de corte ajustados.

Más que una prueba de resistencia, la Tahoe 200 es un test integral de supervivencia deportiva. Hay corredores que necesitan más de cuatro días para completarla. Una locura al alcance de unos pocos.

La solidez de una trayectoria

Este podio no es una sorpresa. Es la consecuencia natural de una carrera forjada a base de kilómetros, experiencia y una manera muy particular de entender el deporte. Manu Vilaseca, nacida en Brasil y afincada en España, ha destacado durante años en el circuito internacional. Ha conseguido top-10 en el UTMB Mont-Blanc, ha brillado en pruebas como Ultra Fiord, Gran Trail Courmayeur o La Misión, y en 2024 ya había rozado el podio en esta misma Tahoe 200 con un cuarto puesto.

Su enfoque no es el de una atleta al uso. Es entrenadora, profesora de yoga y defensora de una preparación integral, donde el cuerpo, la mente y las emociones deben ir de la mano. En sus programas de coaching, acompaña a deportistas de todos los niveles, promoviendo una visión del trail como herramienta de crecimiento, autoconocimiento y equilibrio vital.

Subir al podio en una prueba como la Tahoe 200 no es solo un resultado deportivo: es la culminación de una apuesta por hacer las cosas a su manera. Vilaseca no corre solo con las piernas, sino con cabeza, corazón y una conexión profunda con lo que hace. En una carrera que lo pone todo al límite, supo mantener la calma, leer cada fase de la prueba y rendir cuando más lo necesitaba.

El tercer puesto en California refuerza el palmarés de Manu Vilaseca y confirma su posición como una de las corredoras más consistentes del ultra trail internacional. En una prueba de altísima exigencia como la Tahoe 200, marcada por la gestión del esfuerzo a lo largo de varios días y un trazado técnico con más de 11.000 metros de desnivel, la atleta brasileña volvió a rendir al más alto nivel. Su resultado no solo refleja un excelente estado de forma, sino también una gran capacidad de adaptación en escenarios complejos y distancias extremas.