El nuevo punto de vista del Chimy Ávila

El Chimy Ávila ha sufrido mucho en los últimos tiempos. No debe ser fácil afrontar dos lesiones graves de rodilla. Una detrás de otras. "La lesión no me frena, es un desafío más en mi carrera", llegó a decir el argentino cuando estaba superando el primer bache. Conocimiento un poco al Chimy, pocos o ninguno ponían en duda quién iba a salir ganando en ese cara a cara con la lesión. Ya superado aquello y con más competencia en el ataque de Osasuna, Arrasate vio que podía ser valioso pegado a la banda. Acertó Jagoba.

El de Rosario ha sido titular en los últimos tres encuentros sin ser el delantero centro del equipo. Ávila vive ahora algo más lejos del área, pero la realidad es que jugando muy abierto está entrando más en contacto con la pelota, está combinando bien con sus compañeros, llegando a línea de fondo, creando peligro con los centros y moviéndose de forma efectiva con y sin el balón. En un Osasuna vertical y al que le gusta utilizar las bandas para hacer daño, esta nueva posición del Chimy ha dotado al equipo de profundidad, fuerza y presencia cerca del área rival.

La intensidad nunca la ha perdido ni jugando por dentro, por fuera, solo arriba o con otro delantero. La clave del éxito del Chimy siempre ha estado en el desgaste físico y el atrevimiento. Así comenzó a fabricar los goles en Huesca y Osasuna antes de esa doble recaída. Su

Ahora, a mitad de la temporada 2021/2022 y pendiente de su futuro -termina contrato el próximo junio del 2023 y Osasuna le ha trasladao una oferta de renovación-, el argentino está peleando cada minuto como lo ha hecho siempre: como si fuera el último. Por él, por sus compañeros y por la afición. Es el fútbol del Chimy Ávila, también desde su nueva perspectiva.