Zubimendi, un paso más en la revolución

Zubimendi tiene una cláusula de 60 millones de euros

Zubimendi tiene una cláusula de 60 millones de euros / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La metamorfosis de la plantilla del Barça es imparable. Este verano se han cerrado un total de 24 operaciones (7 fichajes y 17 salidas) que han transformado casi por completo el vestuario blaugrana. Y digo casi porque, por las circunstancias económicas, han quedado deberes por hacer. La revolución no se acabará hasta que el relevo generacional sea completo. Y aquí emerge la figura de Sergio Busquets, que acaba contrato el próximo 30 de junio. El capitán tiene decidido no seguir en el Camp Nou. Ya son 15 temporadas consecutivas como titular indiscutible y considera que ha llegado el momento de buscar nuevos horizontes profesionales, probablemente en la MLS. Busquets acumula 685 partidos con el Barça (solo le superan Messi, con 778, y Xavi, con 767), ha ganado 30 títulos y quiere cerrar su etapa blaugrana sintiéndose importante para el entrenador.

De hecho, Xavi sigue confiando en el talento único de Busquets para dirigir desde el medio centro su nuevo proyecto. En este sentido, el técnico no mira la edad del futbolista (34 años), sino el rendimiento. Y es muy probable que intente convencerle para que reconsidere su postura y acepte una renovación corta (una temporada). Pero parece que la decisión de Busquets es irreversible. De ahí que el Barça esté intentando atar un sustituto de garantías de cara a la próxima campaña. Y el elegido, por unanimidad, es Zubimendi. El pivote de la Real Sociedad, de solo 23 años, es el relevo perfecto porque también está llamado a ejercer ese rol en la selección española. 

La evolución de Zubimendi está siendo extraordinaria. Y cada vez encaja más en el perfil que necesita el Barça: bueno en defensa pero aún mejor en la distribución del juego, con una gran inteligencia táctica y unas excepcionales condiciones físicas, tiene una gran fortaleza mental que le permite asumir el peso de una camiseta como la blaugrana, aunque debe mejorar ofensivamente. Sus virtudes le definen como el medio centro perfecto para sustituir a Busquets y avanzar en ese relevo generacional que solo tendrá dos cabos sueltos: Jordi Alba y Piqué. El club está buscando la fórmula para que también se vayan el próximo verano... pero no será tan fácil: el lateral acaba su contrato en 2024 (un año más tarde que Busquets) y el central en 2025. Habrá que negociar mucho y bien para llegar a acuerdos beneficiosos para las dos partes.