ESTO ES LO QUE HAY

Se va Zubi, pero el problema sigue ahí

La salida de Zubi no es la solución a todos los problemas

La salida de Zubi no es la solución a todos los problemas / sport

Joan Mª Batlle

EL CAOS. Zubizarreta no ha sido un buen director deportivo. Ahí están los resultados y la pésima planificación deportiva que ha desembocado en una plantilla desequilibrada y mal renovada. Pero le tocó una mala etapa y dos malos presidentes. Se marchó Guardiola y quedó a expensas de un presidente que quería ejercer de director técnico y entrenador. Pero sobre todo quería fichar... Él sabrá por qué. Su primera gran decisión, la de sustituir a Guardiola por Tito Vilanova, fue aplaudida y acertada. Por desgracia, el destino, cruel, no permitió que la línea de continuidad con un técnico capaz, emblemático y respetado y querido por jugadores y afición prosperara. 

A partir de ahí, el caos. Neymar y toda la misteriosa y gigantesca operación económica derivada de su fichaje, no fue cosa suya. Tampoco el Tata Martino. Aquí debió dimitir y desenmascarar a Rosell, que en cualquier caso pagó poco después sus oscuros manejos. 

Pero no hay que olvidar que Bartomeu era el vicepresidente deportivo. Su jefe y la mano derecha de Rosell. Si le han aguantado ha sido para echarle en el momento que fuera más carga que paraguas para el nuevo presidente no electo. El momento ha llegado cuando la autodestrucción ha golpeado al primer equipo. Ahí sí es culpable. Es culpable de los malos fichajes, excepto el de Suárez. Con los 80, o más, millones de Suárez, se tendría que haber reforzado el centro del campo: Kroos, Koke... pero se forzó un fichaje mediático a mayor gloria del presidente.

Por eso digo que el problema sigue ahí. Además, Luis Enrique, grave error de Zubi, sí, no tiene mano izquierda para llevar un vestuario grande ni entenderse con Messi. La guerra ya ha estallado y en esta situación es muy difícil que los resultados mejoren. El primero en verlo ha sido Puyol, que no quiere ser el próximo paraguas de un presidente acabado ni cómplice de la descomposición del club.