Xavi no pedirá perdón por ser líder

Xavi Hernández, sonriendo en rueda de prensa

Xavi Hernández, sonriendo en rueda de prensa / David Ramírez

David Bernabeu

David Bernabeu

Xavi Hernández, el entrenador líder de la Liga, comparece este martes. Mañana enfrenta al Betis de Pelegrini, en la jornada que se arrastra por la Supercopa. Tal vez haya llegado el momento de tirarle...”Míster, ¿va a pedir usted perdón por, de vez en cuando, ganar partidos sin rozar la perfección?”. Seguro que Xavi, que maneja un amplio catálogo de recursos jocosos ante quienes sostienen su estampa en la diana - desde “las voces de Narnia” a “los creadores del Villarato” -, iba a dejarnos uno de esos momentos que justifican una rueda de prensa.

Al entrenador del Barça se le ocurrió decir un día que en este club no vale sólo con ganar. “Debemos jugar bien”, añadió. Algo que viene de serie, que resulta irrebatible y que se apoya en la reciente historia del club. Pero que, por supuesto, no siempre se consigue. En el caso de este Barça, porque llevaba años con el modelo en desuso y porque le faltan piezas que le permitan tener la superioridad necesaria en todos los registros.

Todo un filón para los llamados demagogos del ADN. Si destroza al Madrid en una final... “el cómo no vale si no ganas”. Si gana como en Girona, “Xavi hace lo contrario de lo que vende”. Tienen un reportaje. Son seres abrumados por haber sufrido la idea, la ningunean cuando el Barça la sublima y le piden explicaciones cuando no la exhibe. Luego, si es Ancelotti el que reivindica el juego tras un empate aplauden con las orejas donde hace un año se destornillaban por oír a Xavi decir que fueron mejores que el Madrid en la Supercopa, pese a caer eliminados. Antológico.

Nadie más autocrítico que Xavi, que sólo duerme cuando conjuga las dos patas: el dominio del juego y del resultado. Eso es lo único que debe preocupar al barcelonismo: que su técnico sienta que hay que mejorar. Que no le vale con estar a 5 del Madrid. Es la diferencia entre el Barça y el resto. Pero sin pedir perdón. Por ser líderes.