Xavi es la mejor (y única) solución

Xavi Hernández, entrenador del Al-Sadd

Xavi Hernández, entrenador del Al-Sadd / Twitter Al-Sadd

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Fichar a Xavi es la mejor solución. Y tal vez la única. Porque también representa una decisión estratégica. Será el entrenador elegido por Laporta. Y eso marcará su mandato. Koeman fue una herencia más de Bartomeu. El nuevo presidente se encontró atado contractualmente a un técnico en el que no confiaba. Le ha aguantado siete meses. A regañadientes. Hasta que los resultados han dictado sentencia. La continuidad del técnico holandés era tan insostenible como inexplicable. Pero, para destituirle, había que encontrar un relevo. Y nadie mejor que Xavi para rescatar al Barça de la crisis futbolística en la que está hundido desde hace ya demasiado tiempo. Xavi es el entrenador que necesita el club blaugrana. El único capaz de iniciar un nuevo proyecto ilusionante. Conoce el modelo mejor que nadie. Y será fiel a un estilo que él mismo, desde el campo, mejoró hasta la perfección. Es el relevo natural de Guardiola. Lo más parecido a Pep que existe. Y solo por eso ya es un garantía de éxito.

Tendrá mucho trabajo. Y poco tiempo para hacerlo. Deberá recuperar la identidad perdida e implicar a una plantilla tan descompensada como desmotivada. Apostando descaradamente por los jóvenes. La cantera. Y confiando en la aportación de los veteranos, algunos de los cuales (Piqué, Busquets, Jordi Alba y Sergi Roberto) fueron compañeros suyos en el equipo y en el vestuario. Y todo eso tendrá que hacerlo con la obligación de ser competitivo, con la obligación de ganar partidos y con la obligación de luchar por los títulos. No es, sin duda, una tarea nada fácil. Pero Xavi está sobradamente preparado para asumirla y ejercerla con éxito. Tiene autoridad y credibilidad para imponer su criterio y avanzar hacia un nuevo Barça que, lógicamente, no se construirá en unas semanas o en unos meses. 

El entusiasmo de Xavi por entrenar al Barça es desbordante. Le gustaría estar hoy mismo en el Camp Nou. Pero tiene que cerrar su desvinculación del Al-Sadd, que puede prolongarse unos días. Difícilmente podrá sentarse en el banquillo ante el Dinamo de Kiev, que era la intención de Laporta. Sin embargo, saber que será el próximo técnico blaugrana de forma inmediata ya ha surtido el efecto motivador que se deseaba. El barcelonismo, hoy, está un poco más feliz que ayer. Y eso ya es mucho...