Xavi da con la tecla y revienta la liga

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Veinte minutos de gran juego del Barça bastaron para ganar un partido de esos que marcan puntos de inflexión en las competiciones, en este caso la Liga. Tres puntos ya de ventaja sobre el Madrid, que en Villarreal demostró que no es tan fiero como lo pintan algunos. Era, el de ayer, un partido de alto riesgo, sin Lewandowski y ante un rival con poderío. Después del empate contra el Espanyol, partido sin termino medio: éxito de los grandes o crisis a la vista. Fue éxito y me atrevería a decir que éxito del equipo y éxito del entrenador, que ganó gran parte de los tres puntos en la pizarra. No en vano, la victoria se cimentó en los primeros veinte minutos del encuentro, con un sistema nuevo que maniató al Atletico. Xavi recurrió al cuarto hombre, del que alguna vez les hemos hablado. Cuatro centrocampistas para igualar fuerzas ante el presumible dibujo táctico de Simeone. Era el día porque sin Lewandowski como delantero centro de referencia, era menos importante la presencia de dos extremos y más trascendental la movilidad y los pases al espacio.

GOLPE A LA LIGA

Total, que a la hora de la verdad, con cuatro en el centro del campo no se perdió posesión, se ganó en la presión y se atacó con tres e incluso cuatro delanteros gracias a la flexibilidad del sistema y la profundidad de Balde, posicionado en fase ofensiva como un extremo, pasando entonces Koundé a zona de tres centrales junto a Araujo y Christensen. El resultado fue una superioridad total en todos los terrenos. Y en consecuencia, gol en el minuto 22 en un arranque de clase de Pedri que regaló el gol a Dembélé. Veinte minutos, veintidós, muy buenos, la verdad. Pero con el marcador adverso, el Atlético dio un paso hacia delante y el Barça, hacia atrás. Tocó defender y sacar el carácter. Hubo momentos complicados, Xavi intervino metiendo el músculo de Kessié y el dique defensivo aguantó, con apuros, pero aguantó, con un gran Araujo, que salvó un gol en la misma línea en el último minuto. El entrenador azulgrana dio con la tecla y reventó la Liga con una de esas victorias que ahuyentan las dudas propias y las trasladan al rival.