Xavi da una lección de gestión de vestuario

Xavi Hernández, técnico del FC Barcelona

Xavi Hernández, técnico del FC Barcelona / VALENTÍ ENRICH

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La gestión del vestuario es, siempre, uno de los retos más complejos a los que se enfrenta cualquier entrenador. Y más en un equipo como el Barça. La historia del club blaugrana está repleta de técnicos que han sido literalmente ‘devorados’ por los jugadores. Hay que tener mucha personalidad para coger las riendas de según qué plantillas. Xavi ha demostrado que la tiene. Haber sido futbolista de élite, uno de los mejores centrocampistas de todos los tiempos, ayuda a entender los códigos por los que se rigen estos vestuarios repletos de estrellas. El excapitán blaugrana no ha tenido más remedio que tirar de galones para poner orden y, sobre todo, para transformar una plantilla perdedora en un equipo ganador. Y el hecho de tener que dirigir a algunos de los que habían sido sus compañeros no hace tanto tiempo aún le ha puesto más difícil el trabajo. Pero lo ha resuelto con enorme brillantez. 

Xavi afrontó con firmeza y con transparencia el ‘caso Piqué’. Y el central acabó entendiendo que su etapa en el Barça había acabado. Recuperó la mejor versión de Busquets y ahora el medio centro ya se plantea la renovación por una temporada porque es imprescindible para el técnico. No le ha temblado el pulso a la hora de dejar en el banquillo a Jordi Alba (que sigue rindiendo a gran nivel cada vez que juega) para permitir la ‘explosión’ de Balde. Y le ha dado un rol secundario pero integrador a Sergi Roberto. Lo que podía haber sido una auténtica bomba de relojería (su amistad personal con algunos de sus pupilos) ha acabado convirtiéndose en una arma que le ha permitido gestionar mucho mejor situaciones extremadamente comprometidas. 

Xavi ha actuado con una enorme inteligencia emocional y eso le ha permitido convertir el vestuario en una familia. Una familia absolutamente comprometida con el proyecto de reconstrucción del Barça. Xavi ha conseguido que futbolistas que habían sido señalados directamente por la directiva de ser los corresponsables de la situación económica del club, por culpa de los desorbitados contratos, vuelvan a ser útiles al equipo. Los pitos de los aficionados se han transformado en aplausos y eso, sin duda, es una gran victoria para el vestuario y para todo el colectivo barcelonista. Que referentes del mejor Barça de la historia tengan un buen final de carrera blaugrana es otro de los triunfos de Xavi como entrenador. Posiblemente, uno de los más importantes.