A vueltas con el 'fair play'

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, analiza la actualidad del club blaugrana

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, analiza la actualidad del club blaugrana / FCB

Marc Menchén

Marc Menchén

“No nos dan más fair play”. Hay una frase, que no sé quién la puso de moda, pero que en el entorno del FC Barcelona se repite cada semana como lamento ante la evidencia de que el club no está en disposición de pelear por los fichajes más codiciados.

Luego están quienes reclaman una mayor flexibilidad para el club y que pueda fichar, previa crítica a los desmanes de la anterior junta en materia de fichajes. Soplar y sorber al mismo tiempo es imposible, especialmente si el punto de partida son 688 millones de pérdidas antes de impuestos entre 2019 y 2021.

Es importante retener esa cifra en la cabeza. Cuando Joan Laporta dice que, ni ingresando 600 millones de euros, habría margen salarial es cierto, porque lo que necesita el Barça es generar beneficios netos por ese importe para recuperar el terreno perdido durante la pandemia y volver a operar con normalidad.

Es cierto que se puede hacer a distintas velocidades, pero en un club social sin vías de capitalización, sin un dueño multimillonario, esa mochila sólo conlleva más deuda y gastos financieros. Y la estrategia no digo que sea sencilla, puesto que renunciar a reforzarse deportivamente lastra la competitividad y afecta al valor de marca, excepto si eres el Manchester United.

La norma es sencilla y se ha flexibilizado, permitiendo que las pérdidas por la Covid se dividan en cinco años. Es decir, que, de esos 688 millones, hay unos 450 millones que se podrán fraccionar de aquí a 2027 en términos de límite salarial, por lo que al teórico margen que le correspondería al club, habría que restarle sólo unos 90 millones. Entonces, ¿cuál es el problema pensando en 2022-2023?

La decisión de la junta directiva de provisionar 90 millones por riesgos legales y deteriorar el valor de jugadores en 138 millones de euros supuso anticipar 238 millones de gastos futuros que, en principio, se habrían repartido en varias temporadas.

Eso no son pérdidas Covid, por lo que al límite salarial que permitan los ingresos del próximo año habrá que restarle todo ese importe. En esta columna ya advertimos que esa decisión, tomada muy en lógica local de pugnas entre juntas entrante y saliente, era un tiro en el pie pensando en las normas de control económico.

Dicho esto, la venta de BLM serán 200 millones frescos si se concreta, pero más de la mitad irá a tapar el agujero que hay en las cuentas de 2021-2022. Estaría la opción de CVC, que son otros 270 millones, y aún quedaría Barça Studios. También se baraja vender hasta un tercio de los derechos audiovisuales futuros. ¿Cuán urgente es fichar estrellas y cuántos activos del club se está dispuesto a ceder para ello?