Volvemos a los estadios

La afición de la 'Roja' volvió a los estadios con ocasión del España-Portugal (0-0) celebrado en el Wanda Metropolitano

La afición de la 'Roja' volvió a los estadios con ocasión del España-Portugal (0-0) celebrado en el Wanda Metropolitano / EFE

Albert Sáez

Albert Sáez

El Gobierno decidió el jueves anunciar que las restricciones de acceso a los estadios de fútbol y al resto de recintos deportivos se levantarán a partir de septiembre. Terminaría así la pesadilla del covid-19 en el mundo del deporte. El anuncio es una buena noticia para todos los estamentos deportivos: proporciona un marco estable para la próxima temporada. Los socios podrán renovar los abonos, los patrocinadores los contratos y los presupuestos podrán volver a contemplar ingresos por entradas. Lo más cercano a la normalidad que podemos imaginar en este momento tras un año y medio de sufrimientos y de penurias.

¿Y cómo encontraremos los estadios? Esta es una de las grandes incógnitas. Algunos, claramente mejorados como es el caso del Bernabéu. Otros, como el Camp Nou, posiblemente aún más degradados de lo que los dejamos. Un año y medio sin actividad habrá empeorado bastante las cosas que ya no estaban excesivamente bien ¿Y cómo serán nuestras relaciones con los jugadores, con los propios y con los rivales? No es ningún secreto que la soledad de estos meses ha afectado a su rendimiento. Y también a nuestro estado de ánimo. Hemos perdido algo de pasión y de paciencia. Se nos ha agriado el carácter. Será extraño, a algunos no los hemos podido despedir y a otros los veremos en directo tras meses de tratarlos solo a través de la televisión.

Habrá un antes y un después de la pandemia, en el deporte y en casi todos los ámbitos de la vida. Es posible que se hayan pinchado algunas burbujas, especialmente en el fútbol, aunque posiblemente ni todas ni las más hinchadas. Pero también es posible que se hayan roto algunos vínculos, entre afición y clubes, entre jugadores y aficionados, entre patrocinadores y patrocinados. Es tiempo de retomar esas relaciones y de hacerlo sobre las bases de lo auténtico que ha sobrevivido a la pandemia, lo verdaderamente importante. Es tiempo de retomar las cosas pero no allí donde las dejamos, sino donde estamos ahora.