Victoria heroica contra tres penaltis

El FC Barcelona celebra el gol de Aubameyang al Levante

El FC Barcelona celebra el gol de Aubameyang al Levante / JAVI FERRÁNDIZ

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Séptima victoria consecutiva del Barça en la Liga. Un total de 32 puntos sobre 36 posibles desde el inicio del 2022. Unos números de campeón. Lástima que estos registros lleguen tan tarde, porque este Barça que está construyendo Xavi merecería estar luchando por el título. Pero el lastre del primer trimestre de la temporada pesa demasiado. Aquel Barça triste y perdedor se ha transformado radicalmente. Y ahora es un equipo ambicioso y ganador, que transmite felicidad e ilusiona a los socios y aficionados culés. El Barça vuelve a ser el Barça. Reconocible futbolísticamente y enfocado anímicamente hacia el triunfo. La espectacular resurrección blaugrana liderada por Xavi es la promesa de un futuro, más o menos inmediato, glorioso.

Queda todavía mucho trabajo por hacer. A esta plantilla le faltan refuerzos de garantías para soñar con los grandes éxitos. Pero de momento, se están consiguiendo los objetivos de mínimos de esta campaña: clasificarse entre los cuatro primeros de la Liga y pelear por la Europa League. Unos planes, relativamente modestos, que se antojaban un milagro hace poco más de tres meses. Xavi ha obrado esta metamorfosis con un regreso a los orígenes, al estilo. Con la inestimable ayuda de unos fichajes invernales de rendimiento inmediato. Los veteranos son el complemento perfecto de los jóvenes. Y el vestuario está más unido que nunca. De ahí que cada victoria se celebre como un título. Porque, de hecho, cada partido es una final. Como el de anoche en el campo del Levante. Un encuentro trampa ante uno de los colistas que el Barça resolvió a su favor después de sufrir mucho, demasiado.

Tanto que necesitó tirar de épica. El equipo blaugrana logró un triunfo heroico. Superando la situación más adversa a la que se había enfrentado jamás: le pitaron tres penaltis en contra... aunque el Levante solo transformó dos. Solo con el espíritu que tiene este Barça se puede entender que ayer se lograra ganar el partido. La eufórica celebración de Xavi, todo el banquillo y los jugadores que estaban en el campo tras el gol decisivo de Luuk De Jong (¡otra vez el delantero holandés!) es la imagen de una plantilla absolutamente volcada en un proyecto apasionante: devolver al Barça a la cima del fútbol español, europeo y mundial.

El Barça mostró signos de flaqueza ante el Levante, como hizo ante el Eintracht en la Europa League. Es lógico. Se acumula el cansancio y el esfuerzo realizado en los últimos meses. Faltó intensidad en la primera parte, se perdieron demasiados balones, falló la presión y no hubo profundidad. Pero las situaciones negativas motivan a este equipo. Y la salida de Gavi y Pedri revolucionó el partido. Y Luuk De Jong, el eterno suplente, logró el tanto salvador. Una victoria para recordar.