Las víctimas ilustres de las tres revoluciones de Laporta

Laporta, en rueda de prensa

Laporta, en rueda de prensa / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Laporta de hoy no es el de hace 18 años. Tampoco el Barça. Y menos aún el fútbol español e internacional. Todo ha cambiado. Unos dicen que para bien y otros pensamos que para mal. Pero la realidad es la que es. La evolución del negocio ha alcanzado cifras que nadie podía imaginar en el 2003 y, a pesar de la crisis económica generada por la pandemia, en el 2021 los parámetros por los que se mide el fútbol no tienen nada que ver con los de hace casi dos décadas.

Laporta, sin embargo, conserva el optimismo y la ilusión de cuando era un joven candidato que sorprendió con su victoria al establishment. Un empuje que le ha permitido acometer una tercera revolución para regenerar el Barça como ya hizo en 2003 y 2008. Las circunstancias, como decía, son muy diferentes. Y los resultados solo se verán con el tiempo. Pero sus dos primeras transformaciones profundas acabaron con éxitos tremendos. El Barça de Rijkaard y Ronaldinho ganó dos Ligas y una Champions y el Barça de Guardiola tres Ligas y dos Champions (sextete incluido). Veremos de lo que es capaz el Barça de Koeman…

A Laporta nunca le ha temblado el pulso a la hora de hacer limpieza en el vestuario. Trece futbolistas salieron en el 2003 (entre ellos Riquelme y Frank De Boer), diez en el 2008 (con Ronaldinho y Deco como grandes sacrificados) y quince en el 2021 (destacando, por encima de todos, Messi y Griezmann). Grandes estrellas del Barça y del fútbol mundial han sido víctimas ilustres de estas renovaciones tan drásticas, en una clara demostración de que el presidente apuesta por el proyecto por encima de los nombres. En esta ocasión, sin embargo, hay un hecho que distorsiona su actuación: ha primado la rebaja de la masa salarial. El Barça tuvo un balance negativo de 33,1 millones de euros en la primera revolución y de 41,6 millones en la segunda. Pero en esta tercera tiene un beneficio de 76,8 millones. Ese era el objetivo. El modelo ha cambiado. Y la estrategia también: fichajes ‘low cost’ y canteranos. Ojalá funcione también esta vez. Ya dicen que no hay dos sin tres...