Váyase señor Vilda, váyase

Se lo han pedido sus futbolistas más relevantes. La RFEF tiene un problema y lo tiene desde hace mucho tiempo. Era un secreto a voces. Una situación incómoda y difícil de tratar pero el momento ha llegado y el vestuario de la Selección femenina de fútbol ha estallado. Quien fuese una solución en 2015 para abrir las ventanas y limpiar la putrefacción que dejó Ignacio Quereda hace mucho que se ha convertido en algo enquistado. Su juventud y ambición le sirvieron para acceder al cargo, también ser ‘hijo de'. Igual que Quereda con Villar, Vilda con Rubiales acapara todo el poder en los equipos femeninos de la Federación como director deportivo. El absolutismo sigue siendo el régimen imperante en Las Rozas.

Mantener en el cargo a un entrenador durante 7 temporadas sin lograr un solo éxito es algo inaudito en el fútbol de élite. Su predecesor se sentó en el banquillo casi 30 años obstruyendo el avance del fútbol femenino porque a nadie le importaba pero ya no es así. La evolución experimentada gracias a los clubes obliga a elevar el listón y a disponer de los profesionales mejor preparados.

Hace ya 3 años, escribiendo mi libro ‘No las llames chicas, llámalas futbolistas’ (Cúpula) descubrí un profundo malestar de las mejores jugadoras con respecto a su figura. No habían aprendido nada con él, no sentían que fuera un buen líder o un referente pese a haber sido convocadas habitualmente. Su trato paternalista, sus métodos de entrenamiento, sus decisiones futbolísticas o su obsesión por controlar desde el mensaje que tienen que dar a la prensa hasta con quién y a dónde van cuando tienen unas horas libres han provocado constantes quejas que han sido ignoradas y que han llevado a las jugadoras al hartazgo.

Nerea Eizaguirre, de la Real Sociedad, ha sido la última en enfrentarse a él dialécticamente, antes lo hizo Damaris Egurrola que denunció que había mentido sobre ella, pero muchas más han tenido encontronazos con el entrenador. Tras caer en los cuartos de final de la Euro pese a contar con uno de los equipos de mayor nivel y a menos de un año del Mundial algunas de las mejores futbolistas del planeta se sienten incapaces de lograr algo grande con él al frente. Cómo no van a tener derecho a pedir un cambio? Cómo no van a aspirar a tener a un técnico que las mejore?. Saben que es muy difícil que le destituyan y por eso le piden que abandone. No es un capricho. Se trata de que tu futuro profesional y la posibilidad de cumplir tus sueños, dependan de alguien que esté capacitado.