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¡El VAR roba el clásico al Barça! (ES)

¡El VAR roba el clásico al Barça!

Albert Sáez

Albert Sáez

El sentimiento culé es claro: el VAR volvió a favorecer al Real Madrid, también en el clásico. Las sospechas sobre el madridismo de Martínez Munuera están más que justificadas. La teatralidad de la caída de Sergio Ramos en el penalti que sentenció el partido es más que evidente. Le empujan presuntamente hacia la derecha pero cae hacia la izquierda moviendo espasmódicamente las piernas hacia arriba. Movimientos pensados para la cámara. Postureo para dar coartada a la intervención del VAR. Y punto de inflexión en un partido igualado hasta ese momento. Vino la debacle. La consistencia del equipo de Koeman se vino abajo. La pregunta que asaltaba a la culerada tras el partido era justamente esta: ¿Solo fue culpa del VAR?

La respuesta no es fácil. Koeman apostó fuerte, tanto en el equipo inicial como en los cambios. Pero acertó más en lo primero que en lo segundo. Ansu Fati Pedri dieron mucha más consistencia al Barça que Griezmann Dembélé. Los jóvenes lo hacen mucho mejor que los fichajes millonarios. Esa es la realidad que pone en evidencia lo que ha pasado en el Barça en los últimos años. Lo que se ha pagado por algunos no se corresponde con su rendimiento en el campo y a los que se trata mejor no son los que resuelven los problemas en el campo.

Lo dijo Koeman. El Barça no perdió por el falso penalti contra Sergio Ramos, pero fue decisivo. Lo que no está claro es que sin el VAR el Barça hubiera ganado. Esa es la zozobra que le queda a los aficionados tras el varapalo del clásico. Esto es con lo que hay que convivir el resto de la temporada. Un club roto que no da miedo en los despachos que influyen en la competición. Un entrenador valiente que no mira a los sueldos para confeccionar la alineación. Un Messi competitivo que puede encontrarse a medio partido sin compañeros de viaje a su altura. Mucha impotencia ante los verdaderos rivales aunque disfrute de momentos de destello contra equipos del montón. Impotencia y más impotencia. Y mientras, candidatos que van y vienen, una agonía más larga que la marcha de Núñez y un club descompuesto en el que, como ha dicho Piqué, mandan los que no tienen que mandar porque los que tienen que hacerlo no lo hacen. El VAR explica muchas cosas pero no lo explica todo.