Valverde forever

Ernesto Valverde

Ernesto Valverde, durante la rueda de prensa previa al Barça-Sevilla / VALENTÍ ENRICH

Carles Sans

Carles Sans

Hoy en día la figura del entrenador moderno, especialmente en los equipos grandes, ya nada tiene que ver con la de aquellos de antaño. Hoy, un entrenador como aquel Max Merkel apodado míster látigo no se mantendría en el puesto ni dos semanas. Porque actualmente un entrenador, además de ser quien toma las decisiones técnicas, ha de ser un excelente gestor. Un gestor de un vestuario, por cierto, con personalidades muy complicadas a las que no hay que enfadar demasiado (ya ven que digo demasiado, porque enfadados los habrá siempre).

Ha de ser un psicólogo que trate de perturbar lo menos posible y persuada con mano izquierda a aquellos jugadores que en el campo son piezas imprescindibles para conseguir los éxitos que se persiguen. Hoy en día no se llega muy lejos entrando en un vestuario que va desde Piqué hasta Messi con la idea de imponer tus criterios por el hecho de ser el técnico. ¿Y si miramos hacia la directiva? Pues tampoco es fácil para un entrenador.

Las directivas quieren entrenadores que no den problemas, más bien al contrario: un entrenador ha de intentar que el presidente intervenga lo menos posible en apagar incendios deportivos. Porque si hay algo que no quiere una junta son conflictos que provengan del equipo, que para solucionarlos, piensan, ya está el entrenador. Si eres una piedra en el zapato y los resultados son negativos, durarás poquísimo. 

Valverde, un tipo inteligente

Valverde es un tipo muy inteligente y conoce muy bien dónde y con quién está. Él se mantiene firme en la posición que sabe que ha de tener en un club muy complicado en el que cada semana, por dos veces, el equipo pasa una prueba que siempre hay que superar positivamente. Un club en el que la tranquilidad dura horas por bien que vayan las cosas, porque en esto del fútbol existe la inconveniencia de que cuando todo va bien, lo más probable es que  pronto se tuerza. Por eso me alegro de leer la declaración del presidente Bartomeu de que desea la continuidad de Valverde; sin duda es la mejor opción, y me consta, que así lo ve también la plantilla. Con esta idea ganaremos todos.