Valverde, entre el vestuario y la grada

Valverde tiene muchas decisiones que tomar ante el Valladolid

Valverde tiene muchas decisiones que tomar ante el Valladolid / Valentí Enrich

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

La renovación de Valverde ha provocado las mismas reacciones que provoca su propia forma de ser, trabajar y presentarse ante la opinión pública: tranquilidad. No era la noticia más esperada por el barcelonismo y tampoco ha sido la más celebrada. La afición la ha aceptado sin más, sin demasiado entusiasmo. Tal vez porque Valverde es el entrenador tranquilo, lejos de las pasiones que levantaban Guardiola o Luis Enrique, técnicos de fuerte personalidad y conexión sentimental con la afición. Ernesto es un entrenador que pone por delante de todo el sentido común. Y así, no le ha hecho falta erigirse en líder de nada, como Guardiola, ni parar los pies a ningún jugador o provocar que algún jugador se los parara a él, como Luis Enrique. En el terreno de la conflictividad, Valverde no ha aparecido ni esperen que aparezca. Al contrario, huye de polémicas y provocaciones. Y eso ha dado estabilidad al club y complicidad en el vestuario, miren por donde. 

PROS Y CONTRAS. Ahora bien, todo tiene sus pros y sus contras. Una parte significativa de la afición no piensa igual. A la grada, ese perfil bajo le sabe a poco. Le acusan de resultadista, algo que en el Camp Nou no es precisamente una virtud. Algunas encuestas de las últimas horas son especialmente significativas: su renovación genera división de opiniones. Pero para juzgarle hay que tener en cuenta que ya no están Xavi e Iniesta, precisamente los cerebros del estilo Barça. No le ha quedado más remedio que jugar de otra forma. Y con la cantera, igual, pues no le ha tocado compartir precisamente el mejor momento. Y como conclusión final, una cosa está clara: los futbolistas, los que trabajan con él, aquellos a los que hace mejores o peores con sus tácticas, los que se sienten cómodos o incómodos con sus decisiones, le avalan totalmente. Seguramente, Valverde es el primer entrenador al que renuevan Messi y el vestuario, pero sobre todo Messi. Y eso es una garantía.