Valverde ya ha encontrado el equipo titular para el clásico

El Barça de Valverde vuelve a ser el equipo que ganó la pasada Liga. Ambicioso, combativo y sólido. Le ha costado coger la velocidad de crucero pero ha recobrado la confianza y el estilo. Saben a qué juegan, tienen una excelente condición física y muestran una actitud elogiable. Cuando muchas veces un empate tiene sabor a derrota, hay que destacar que la igualdada de Anoeta tiene una lectura positiva por cuanto lo consiguieron ante una Real Sociedad crecida y brillante. Fue un partidazo de alto nivel donde los dos rivales buscaron el triunfo con buen fútbol. Los barcelonistas llegan al Clásico en un buen momento y lo que es más importante, con una alineación titular indiscutible, todos se han ganado el puesto, desde el portero hasta Griezmann que parece integrado en el tridente.

Han tenido que pasar dieciséis  jornadas para que el Barça muestre seguridad en sus posibilidades. Vuelven a jugar de memoria, vuelven a presionar al rival, vuelven a contraatacar con velocidad y peligro. Otro dato revelador, el equipo estuvo por encima de las individualidades. Ter Stegen no fue el héroe ni Messi marco ningún gol. El partido contra el Real Madrid será un buen test para confirmar esta línea de superación. Messi y compañía se crecen los días importantes, dan la talla cuando la situación lo requiere. Y nadie puede dudar que la mejor forma para dejar atrás la controversia política que ha generado el Clásico, sería una gran victoria que a la vez se convertiría en el mejor regalo de Navidad para los culés.

Las cosas ha vuelto a su sitio en Can Barça. Valverde, que cada semana muestra más cabellos blancos fruto de los dolores de cabeza que provoca el banquillo blaugrana, ha sabido estabilizar el equipo superando muchos contratiempos. Messi, con la casa llena de Balones de Oro, nunca ha perdido la calma consciente de que todo se juega en los meses de abril y mayo. Suarez sigue casado con el gol gracias a las asistencias que le hace su amigo que son auténticos regalos. Pique ha vuelto a colocar por delante el fútbol en su lista de prioridades y se nota. Alba y Semedo han dejado atrás sus lesiones lo que es una buena noticia. Rakitic suma ya cinco titularidades seguidas demostrando que el mejor negocio no es venderlo sino sacarle el máximo rendimiento. De Jong va afianzándose aunque ayer Odegaard brilló mas que el holandés. Griezmann marco un golazo ratificando que su conexión con Messi mejora a ojos vista. El presidente Bartomeu respira tranquilo, los fichajes de De Jong y Griezmann funcionan, nadie discute ya su apuesta por Valverde y confía que lo mejor está por llegar en la Champions.

Así es el mundo del Barça, un carrusel de emociones, un tobogán de subidas y bajadas, todo pendiente de la dictadura del marcador que da y quita razones en función de los resultados. El empate de ayer en Anoeta será oro si el Madrid pierde esta noche en Valencia y quedará en entredicho si los blancos suman la victoria.