El valor real

Mientras en Madrid este diario premiaba los valores en el deporte, en Manchester despedían a un entrenador que no ha brillado por proyectarlos, precisamente. En la capital ya no les da la vida entre las encuestas sobre el retorno o no de Mourinho y si Bale ha resucitado, es flor de un día o “un palomo no hace verano”, sinónimo del inolvidable Johan Cruyff. Lo cierto es que en la gala de SPORT difícilmente hubieran ubicado a ‘The Special One’, un técnico que en los últimos años ha ido a la baja deportivamente y a la alza en lo que a disturbios verbales y de otra índole se refiere. 

A mí nada ni nadie me ha conseguido borrar la imagen de Mourinho metiéndole el dedo en el ojo a un compañero de profesión, Tito Vilanova. Nadie. Aquel acto dio la vuelta al mundo y por mucho que Florentino Pérez y su Real Madrid tengan en su palco el detergente que lava más blanco y se lleva cualquier mancha por delante, fue imposible borrar semejante bajeza. En la capital han hecho -y hacen, aunque cada vez menos- muchas risas con los ‘valors’ del Barça. Sigan, sigan, que diría aquel. Mientras Messi despliega los suyos dentro y fuera del campo, el club azulgrana apuesta por la integración, por la ayuda a los refugiados, por el deporte femenino y por una Fundación que beneficia a un millón y medio de niños con sus programas, el madridismo vuelve a dividirse porque una parte de él quiere que vuelva el que les señalaba con su dedo el camino (pancarta de infausto recuerdo, dicho sea de paso). Imagino que éstos priorizarán los números de Mou, claro, porque querrán seguir ganando sus Champions. Pues ha dejado al Manchester United sexto en la Liga, a 20 puntos del líder y eliminado de la League Cup por el Derby County. Esto es el presente. El pasado se resume en 3 títulos en dos temporadas y media. Léase Europa League, Community Shield y League Cup. Y 466 millones de euros en fichajes. ¿Cuál es su valor? Pues eso.