¿Todo vale con tal de denostar a Luis Enrique?

Luis Enrique, durante la rueda de prensa

Luis Enrique, durante la rueda de prensa

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Cuando España ganó la Eurocopa de 2012, la delantera más repetida de aquel torneo fue Iniesta-Cesc-Silva. No había un ‘nueve’ concreto: Fernando Torres, Negredo y Llorente estaban en la lista, pero jugaron poco.

La selección española completó una Eurocopa excelente, desplegando el mejor juego de su tríptico exitoso (2008-2010-2012).

Conviene recordarlo porque entonces –no hace tanto tiempo, la memoria debería alcanzar diez años atrás por más que el fútbol viva al día- llovieron elogios al seleccionador y a su decisión de apostar por el juego interior, los bajitos, la combinación y la posesión. España nunca jugó tan bien. Elevó el nivel del fútbol, dio sentido al balón y demostró que no hace falta ser un superdotado físico para triunfar en este deporte

Han pasado diez años y aunque el fútbol exige ahora más potencia que entonces, da la sensación de que el discurso de la prensa ha cambiado radicalmente. Lo que con Vicente del Bosque eran aplausos y parabienes –merecidísimos-, con Luis Enrique son críticas, especialmente agrias cuando la selección pierde porque es obvio que mucho esperan la caída del seleccionador frotándose las manos y relamiéndose. Demasiada ira acumulada durante demasiado tiempo.

España jugó sin nueve puro ante Suiza y perdió. Morata ni siquiera tuvo minutos. Y llegó el apocalipsis, según algunos. En algunos casos, los mismos que hace diez años aplaudían a rabiar a Del Bosque por haberse ‘inventado’ la idea del falso ‘nueve’. 

Es probable que España se quede fuera de la final a cuatro de la Nations: si es así, será por deméritos propios. No estuvo bien ante Suiza. En defensa, fue un equipo especialmente frágil, irreconocible por blando.

Es justo y necesario subrayar esa carencia (nadie gana un Mundial si no defiende bien), pero es injusto y populista ‘matar’ a Luis Enrique porque jugó sin un ‘nueve’ puro. Cabe recordar que también ante Italia, en la semifinal de la última Eurocopa, España jugó sin nueve puro (Olmo fue el falso delantero centro). España perdió en los penaltis, pero jugó su mejor partido del torneo.

Los periodistas, acostumbrados a analizar hasta el más mínimo detalle del prójimo, somos alérgicos a la autocrítica: deberíamos reflexionar y llegar a la conclusión de que no vale criticar una cosa y la contraria.

No vale denostar a Morata sin piedad durante semanas y cuando no juega, reclamarlo como la única solución posible. No vale defender un argumento y el contrario con el únic objetivo de laminar a un entrenador que no te cae bien.