Vacas gordas, flacas y sagradas

Leo Messi no se movería del Barça

Leo Messi no se movería del Barça / Valentí Enrich

Carme Barceló

Carme Barceló

Dice Joan Laporta que todos lloramos de madrugada viendo a ‘nuestro’ Messi haciendo lo propio tras levantar su primer gran título con la selección argentina absoluta. Las emociones se desbordaron entre el barcelonismo, cierto, porque hay amores que matan, otros que resucitan y otros que aumentan sustancialmente el nivel de felicidad. Si Leo es feliz, todos lo somos. Es una máxima que ya expresó en su día Pep Guardiola y que, en muchas ocasiones, ha sido el termómetro del vestuario, de los resultados y del club en general. Lo que va del burofax a la Copa América es un año complejo, vivido en pandemia, sin público en los campos, con una Copa del Rey disfrutada y celebrada y una nueva junta directiva que llegó cargada de ilusión, con un proyecto hilvanado pero no cosido y cuyo foco ha sido desenfocar sus propias carencias y poner luz en el desastre económico que vive hoy el FC Barcelona.

tranquilos y prudentes

Así que entre lágrimas, emociones y reconocimientos a la figura única de Messi, el día después nos recolocó en la realidad más tozuda: el argentino sigue siendo un agente libre y los números del club queman de lo rojos que son. La combinación de ambos ítems no transmite calma precisamente. Pero tanto Laporta como el entorno del jugador siguen mostrándose tranquilos a la par que prudentes. Lo que el corazón dice no siempre lo traduce de igual modo la razón, por no hablar de los números. Y ya no sólo se trata de abrirle la puerta a los Griezmann y similar. El francés es el primero que tiene claro que a él no le van a echar de menos en el Camp Nou y a su ficha, ni digamos, pero no todo pasa por ahí. Así lo dijo ‘clar i català’ Jaume Giró, el conseller d’Economia i Hisenda de la Generalitat: “Si los jugadores aman al Barça, que se sacrifiquen por él”. O lo que es lo mismo, que la directiva no es la única que tiene que arremangarse, que las ‘vacas sagradas’ ya se han beneficiado suficiente de las ‘vacas gordas’, que han llegado las ‘vacas flacas’ y que les toca demostrar que el cariño verdadero ni se compra, ni se vende. Laporta y, por extensión, el barcelonismo serán un mar de lágrimas si llega el gesto.