Lo único positivo fue el resultado

Memphis Dinamo

Memphis Dinamo / EFE

Pichi Alonso

Pichi Alonso

 Después de las buenas sensaciones que dejó el FC Barcelona contra el Valencia, especialmente en el primer tiempo, anoche el equipo no estuvo a la altura de lo esperado. Con decir que lo único positivo fue el resultado, se dice todo. Lo construido ante el Valencia, desapareció. Y quedó constatado en el juego del equipo: lentitud en la circulación del balón, reiteración en los pases horizontales, repetición de jugadas, escaso movimiento, todo el mundo quería el balón en el pie y nadie atacó los espacios... En este sentido, el Barça me dejó ayer ‘resfriado’. Sin la intensidad que requiere un partido de Champions League, sin una circulación de balón alta y ante un equipo que apenas le generó peligro por jugar muy replegado, al Barça le faltó decisión y, en ocasiones, personalidad para sentenciar el partido sin tener necesidad de sufrir ni pedir la hora. 

UN PRIMER TIEMPO DE CENTROS

La presencia de Luuk de Jong en el equipo titular lo anunciaba. El neerlandés se situó en el eje del ataque en busca de esos centros y, aunque dispuso de ocasiones, no estuvo fino en el remate final. De todas formas, la estrategia no le salió del todo mal a Koeman, pues el único tanto del partido, obra de Gerard Piqué, llegó en un centro al área (de Jordi Alba desde la banda izquierda). El segundo tiempo fue decepcionante y quedó claro que el equipo debe mejorar, no solo de cara al partido del próximo domingo en el Camp Nou contra el Real Madrid, sino pensando en el partido de la cuarta jornada de la liguilla, que llevará a los pupilos de Koeman a Ucrania, donde el Barça, de exhibir el mismo nivel que ayer, lo tendrá muy complicado para sumar otros tres puntos imprescindibles para seguir vivo en la Champions League.