Unas vacaciones para reflexionar

Valverde, en una imagen de archivo en rueda de prensa

Valverde, en una imagen de archivo en rueda de prensa / DAVID RAMÍREZ

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça ya está de vacaciones. Hasta  el día 29 no volverán los entrenamientos. Más de una semana para celebrar la Navidad con las familias y desconectar de la frenética actividad futbolística. Tiempo suficiente para descansar y, sobre todo, para meditar. Porque este Barça necesita una profunda reflexión que, probablemente, no llegará con el 2020. Básicamente porque los protagonistas de la actual situación no tienen la intención de transformar sus estructuras mentales.

Ni Valverde en el banquillo ni Bartomeu en el palco. Con el Año Nuevo todo seguirá igual, a no ser que la plantilla se tome como un objetivo personal un cambio de dinámica. Y cuando digo la plantilla digo Messi. Porque solo el crack argentino puede modificar el rumbo de la nave blaugrana. Si el gran objetivo de esta temporada es la Champions, la revolución futbolística debe ser total.

Messi puede (debe) liderarla, pero necesita el apoyo de todo el equipo. De momento, cuenta con la extraordinaria conexión que ha construido con Luis Suárez y Griezmann: el mejor tridente de Europa ya lleva 30 goles en la Liga.    

Pero hace falta mucho más que goles para ser un equipo campeón. Hay que recuperar el estilo, agarrarse a las esencias del modelo y, sobre todo, ser valiente y arriesgar con los jugadores que están más en forma.

El juego del Barça da, ahora mismo, para lo que da. Para ser líder de una Liga muy igualada gracias a los tropiezos de todos los favoritos. Y para empatar (y gracias) con el Madrid en el clásico del Camp Nou. No es suficiente, sin duda, para aspirar al gran sueño de reconquistar la Champions. Hay más de una semana para pensarlo. Y tomar medidas en enero.