Una semifinal Barça-Madrid sería como una final a doble partido

Cristiano Ronaldo verá mejorado su contrato

Cristiano Ronaldo verá mejorado su contrato / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

A medida que avanza la temporada se pone en evidencia que la Champions es, con diferencia, la competición más importante del fútbol. La que da y quita galones. La que levanta pasiones y genera decepciones. La más prestigiosa, la que tiene mayor audiencia televisiva, la que valoran los patrocinadores. La indiscutible nº 1. Ganar la Liga está muy bien, pero conquistar el título europeo tiene el triple de repercusión mediática y un retorno económico que ayuda a cuadrar los presupuestos. Además, se puede dar el caso de que ganas la competición nacional y el éxito queda eclipsado si tu máximo rival conquista el título superior. Es lo que le puede pasar al City de Guardiola, ganar la Premier y quedar eclipsado el éxito por su eliminación europea en manos del Liverpool. Así de cruel es el marcador. Vales lo que vale el último resultado. 

Si el Barça gana la Liga como parece claro y el Madrid ganara la Champions lo que a día de hoy es solo una posibilidad, está claro quién presumiría de título y quién quedaría en segundo plano. El pez grande se come al chico. Un título continental siempre deja en segundo plano a uno nacional. A la vista de estas consideraciones, queda claro que un club grande, con las máximas aspiraciones como el Barça, se debe plantear la temporada con la Champions como objetivo prioritario. Es tan elevado el valor icónico de esta competición, que la Liga se convierte en segundo plato y ya no digamos la Copa que no pasa de un título de consolación. Si solo ganas la Copa vale muy poco, en cambio, en el paquete del triplete su valor se multiplica.

La Champions 2018 tiene un morbo especial para el fútbol español. Un morbo que a la vez supone un gran riesgo. En una hipotética final entre Barça y Madrid el vencedor tendría la vitola de gran campeón mientras que el perdedor se iría a casa con la etiqueta de fracasado. Ante este panorama, ¿qué prefieren los aficionados barcelonistas, encontrarse a los blancos en la final o medirse a doble partido en las semifinales? Hay opiniones para todos los gustos, pero la mayoría de jugadores culés prefieren la segunda opción conscientes de que en 180 minutos de juego tienen más opciones que en una final a cara o cruz donde un golpe de suerte puede ser definitivo o mortal.

La UEFA desea una final donde se enfrenten dos equipos de distintos países, por cuestión de audiencia televisiva y de mayor repercusión mundial. Si se confirman las expectativas de los partidos de ida, en el bombo de la semifinal podría haber dos equipos españoles, uno alemán y otro inglés. La especulación en torno a si ha-brá bolas calientes y frías está garantizada. Una semifinal Barça-Madrid sería una auténtica bomba, una especie de final a doble partido. Batiría récords de taquilla y de expectación. Messi frente a Cristiano con el aliciente añadido de que se disputarían el Balón de Oro.

Si me dejan elegir a mí, prefiero Barça-Madrid en semis. El equipo de Valverde tiene más posibilidades a doble partido donde el factor suerte no tiene tanta importancia. Dicho de otra manera, el Barça juega con ambición y experiencia las eliminatorias importantes mientras que el Madrid es un peligroso enemigo en las grandes finales.