Una remontada para reflexionar mucho

El Barça acabó ganando

El Barça acabó ganando / sport

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

El Barça celebró con rabia la remontada ante el colista. Y lo hizo tras un gol casi de rebote de Arturo Vidal, lo que da muestras de hasta dónde ha llegado un equipo que sigue atascadísimo fuera de casa. Los blaugrana volvieron a protagonizar un mal partido sin paliativos ante un colista que solo llevaba seis puntos en lo que llevamos de Liga y que en Butarque solo habían ganado un partido de los siete que habían disputado. La diferencia de calidad entre un equipo y otro es tanta, que parece mentira que el Barça deba sufrir en escenarios así.

Pero el equipo de Valverde no chuta. Le cuesta entrar en los partidos en los que no se siente cómodo y pierde la batalla del ritmo cuando se enfrentan a equipos que van a por todas por necesidad. El técnico blaugrana lo tenía claro y sorprendió con un cambio de sistema hacia un 4-2-3-1, con toda la pólvora arriba, que fue un regalo para el 'Vasco' Aguirre. El entrenador mexicano se las sabe todas y disfrutó con la acumulación de hombres cerca de su área. Cuantos más efectivos, más barullo y menos fútbol. Lo peor para el Barça. Consumado el error, Valverde enmendó la plana para remontar el partido

Este Barça ya no es solo un problema de sistema. Cuesta muy poco hacerle un gol, con fallos de concentración defensiva inadmisibles, no hay fluidez en el centro del campo y arriba ya no basta con la mejor calidad del mundo. Es evidente que los tropiezos en Bilbao, Granada, Pamplona y ante el Levante no han sido un mero accidente. Hay un mar de fondo que solo puede solventarse a través del juego. 

Lo único positivo de toda esta historia es el resultado. El Barça acabó cumpliendo casi por inercia y, sin duda, por suerte, para llevarse tres puntos que le dejan más líder. Los números no engañan y los de Valverde están arriba, pero la sensación es que este equipo, hoy por hoy, no está para ganar nada. Es una remontada para reflexionar porque este miércoles llega la primera final ante el Dortmund. Y con estos, la suerte no puede ser la única aliada.