Una mala noticia que destapa una cruda realidad

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Toni Frieros

Toni Frieros

Por segundo año consecutivo, los socios del FC Barcelona no han agotado las entradas para presenciar la final de la Copa del Rey. Han sobrado 2.760 de las 14.552 a las que tenía derecho el FC Barcelona. De tal guisa que la oferta no ha superado a la demanda y, por lo tanto, no ha sido necesario contratar a un notario para que diera fe del resultado de lo que ya era una tradición: el sorteo. ¿Se acuerdan ustedes de todas aquellas ocasiones en las que los socios estaban pendientes de saber si les tocaba una entrada? Detrás de aquellas desmedidas solicitudes se escondía una trama de la que después daré cuenta y que tiene mucho que ver con el acusado descenso de peticiones.

Mala noticia

En cualquier caso, se mire como se mire, es una mala noticia, muy mala, que una final que va jugar el Barça no suscite el suficiente interés y pasión entre su masa social. En cualquier otro club, créanme, habría bofetadas para hacerse con una de esas entradas. ¿A qué podemos atribuir ese pasotismo? ¿A un tema económico, quizá? No, no creo que esa sea una razón de peso, porque hace ocho o seis años, todavía estábamos inmersos en plena crisis y siempre había que recurrir al sorteo para satisfacer la gran demanda existente por parte de la masa social azulgrana.

¿No será, acaso, que el socio culé sufre del ‘síndrome de la panxa plena’, hartazgo de tantas finales y tanto títulos? Ahh… sí, sí, seguramente será eso. Claro, como el equipo disputará el 25 de mayo en Sevilla  su ¡sexta final consecutiva! de la Copa del Rey y podría lograr la gesta jamás realizada de sumar su quinto título seguido, pues ¿qué pereza, no? Otra final. ¡Qué palo!

Cansarse de ver ganar a tu equipo,de disfrutar del mejor futbolista de todos los tiempos, es de una ingratitud mayúscula porque muchos de los ‘millennians’ de hoy en día, incluso socios más veteranos, se olvidan de las durísimas épocas pretéritas, de ese transitar por el desierto cuando el Barça se pasaba once o catorce años sin ganar una Liga… O cuando celebraba una Copa del Rey como si fuera la mismísima Copa de Europa o, también, cuando había invasión de campo porque Rivaldo había metido al club en la Champions.  Despreciar y darle la espalda al histórico momento que está viviendo la entidad desde 2006 es muy  injusto.

La reventa

También, como decía al principio, hay otra explicación para ese descenso. Duela o no, la verdad es la verdad y los últimos acontecimientos se han encargado de hacerlo público y notorio. Miles de socios del FC Barcelona venían utilizando las entradas de las finales para hacer su ‘agosto’ con la reventa, poniéndose a disposición de verdaderas mafias que controlaban un millonario mercado. Era así.

Después de las durísimas y eficaces medidas que ha introducido el FC Barcelona para acabar con esa lacra y ese negocio ilícito, la reventa se ha visto reducida a la más mínima expresión. 

Tras las últimas acciones y denuncias del FC Barcelona, esos socios insolidarios han visto las orejas al lobo (miles de ellos han sido expedientados y muchos expulsados del club) y han huido despavoridos. Por lo tanto, aquellos socios que solo compraban entradas para luego revenderlas, han desaparecido.

Dicho esto, ojo en la final de la Copa del Rey de Sevilla, porque de forma excepcional, las entradas  se entregarán en Barcelona y no en destino por razones logísticas. Serán nominales, sí, pero esta vez será más fácil volver a las andadas.