Una liga con doble mérito

Leo Messi ofrece el título de campeón de la Liga 2018/19 a la afición del Camp Nou en presencia de Luis Rubiales (RFEF) y Joan Soteras (FCF)

Leo Messi ofrece el título de campeón de la Liga 2018/19 a la afición del Camp Nou en presencia de Luis Rubiales (RFEF) y Joan Soteras (FCF) / VALENTÍ ENRICH

Jordi Cruyff

Jordi Cruyff

La Liga que volveremos a ver esta semana será de lo mas extraña. Habrá muchas situaciones inéditas, pero, de entrada, tengo una certeza absoluta: el equipo que gane el título tendrá doble mérito, no solo por haber sido mejor que sus rivales, también por haber sobrevivido sin problemas al desafío físico, y sobre todo mental, de un confinamiento. Será el protagonista de una gran gesta.

Me inclino a pensar que las condiciones físicas innatas de los jugadores y sus equipos serán importantes, sobre todo en el arranque de este tramo final de campeonato. Hay futbolistas explosivos y dinámicos que suelen destacar desde el primer momento de una temporada sin mucho rodaje en los entrenamientos, como ahora, y otros de perfil ‘diésel’ que necesiten más tiempo para activarse. Los primeros, de entrada, contarán con ventaja.

También será interesante ver cómo los jugadores se adaptarán a este nuevo escenario dependiendo de sus edades. En teoría, los más jóvenes reúnen condiciones físicas para acostumbrarse mejor a esta nueva circunstancia porque suelen ser los que más rápido se ponen en forma. Pero los futbolistas con experiencia conocen mejor su cuerpo, saben a qué ritmo atenerse y se reincorporarán más descansados después del parón forzoso.

Lo mismo ocurrirá con los equipos que apuesten por un fútbol o jugadores más atléticos, estarán más rápido en buenas condiciones y, teniendo en cuenta lo apretado del calendario, se podrán ponerse las pilas inmediatamente, como exige este momento.  

En teoría el Real Madrid lleva la delantera sobre el Barcelona si nos basamos en esta comparación. Pero no todo depende de las características físicas. Si al Barça le ceden la posesión, puede contar con la tranquilidad de manejar el partido. Pero si le presionan arriba y se ve sometido a partidos de correcalles al contraataque, le tocará sufrir.

Antes de que comenzara el experimento ‘alemán’ a puerta cerrada, partía de la convicción de que los equipos acostumbrados a jugar con más público se verían más afectados en el plano motivacional. Pero la Bundesliga nos ha quitado la razón. Basta ver la superioridad que demuestran los clubes de un Top 3 que hubiera sido bastante similar en el caso de haber contado con el factor humano en la grada.

Así lo demuestra el dominio avasallador del Bayern Múnich desde la vuelta a la liga. Pensar que los ‘modestos’ podían disfrutar de una pequeña revolución se ha acabado quedando en una bonita aspiración.

Creo que ocurrirá lo mismo en La Liga. Se acabará imponiendo el talento y la calidad de los equipos grandes. Y eso dependerá, en mayor parte, de sus estrellas. Por eso no me sorprende que cualquier noticia sobre la condición física de Leo Messi, como ha ocurrido esta semana, desate el estado de alarma en el barcelonismo, aunque sea algo leve como ha sido el caso. No nos engañemos, el Barça sin Messi despierta inseguridades. Verle el próximo sábado en Mallorca con el balón en los pies dará una señal inequívoca de que el Barcelona, y La Liga, han vuelto con sus mejores galas.  

ME GUSTA: Los homenajes incesantes del mundo del fútbol a George Floyd. Lo hemos visto estos días con infinidad de mensajes en redes sociales, gestos sobre el campo en la Bundesliga o esa imagen icónica de los jugadores del Liverpool hincando la rodilla en el círculo central de Anfield. Iniciativas que han estado a la altura a la hora de emitir una condena firma contra el racismo.

NO ME GUSTA: Los mensajes contradictorios sobre el regreso del público a los estadios. La Palmas dio un paso al frente y sembró una confusión innecesaria ante la falta de claridad sobre quién tiene la competencia en esta materia. Es justo esperar a que todos los equipos estén en igualdad de condiciones, con todas las regiones estén en la misma fase. Las prisas son malas consejeras.