La última fantochada de Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo elegido el mejor jugador del S XXI en los Globe Soccer Awards

Cristiano Ronaldo elegido el mejor jugador del S XXI en los Globe Soccer Awards / AFP

Toni Frieros

En Dubai se sacaron de la manga en 2010 unos premios llamados ‘Globe Soccer Awards’. Prometían mucho, incluso competir con los de la UEFA y la FIFA, pero al final se han quedado en una fiesta artificial donde solo se premian a aquellos que están dispuesto a subirse a un jet privado y darse una vuelta por el Emirato. Las malas lenguas dicen que incluso van cobrando. Nadie sabe muy bien quién vota y bajo qué criterios, más allá de que siempre ganan Cristiano Ronaldo y su agente Jorge Mendes, el gran hacedor de ese tinglado. Como Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. El representante lo ha ganado prácticamente todos los años, al igual que su chico de oro. Ni siquiera tienen la vergüenza de disimular un poco. Están tan pagados de sí mismos, son tan vanidosos...

La última ocurrencia ha sido nombrar a Cristiano Ronaldo mejor futbolista del siglo XXI. Digo yo que alguna duda les habrá entrado con Leo Messi, ¿no? No, claro, que Messi no le llega a la suela de los zapatos a quien, según Mendes, ya no solo es el mejor futbolista de todos los tiempos, también el mejor deportista que jamás ha nacido en el planeta Tierra. Como si no existieran Nadal, Federer, Michael Jordan, Michael Phelps, Pelé, Maradona... En fin, patético no, lo siguiente.

Miren qué credibilidad tendrán esos premios que a la hora de valorar los méritos de Pep Guardiola para elegirle como mejor entrenador del siglo, no se hizo ni una sola mención o referencia a su glorioso pasado por el FC Barcelona, donde conquistó dos Champions League y el más difícil todavía, el Sextete. Por lo tanto, para el próximo año propongo que en Dubai le hagan una estatua a Cristiano Ronaldo y a Jorge Mendes. De chocolate, para que ellos mismos se la coman. ¡Buen provecho!

La clave: Que sea el mejor jugador del siglo XXI por encima de Messi no se lo cree ni él...