Tsunami de censura
Pues al final resulta que sí pasó algo durante el Clásico, concretamente en el minuto 10 de la segunda parte. Tsunami Democràtic aprovechó el cambio de Semedo por Vidal para lanzar una lluvia de pelotas amarillas al campo. Eso produjo un parón de unos dos minutos de un partido que ya se podría haber terminado ahí, vista la lamentable imagen del Barça.
Así las cosas la realización televisiva censuró dicho momento, cual un oscuro canal de Corea del Norte. Por suerte, las radios contaron la verdad, con matices, pero esencialmente la verdad. Joan Maria Pou fue el más combativo en RAC1 “es una realización ideológica dirigida por Tebas, la empresa que realiza no puede trabajar como desearía” mientras en Onda Cero justificaban la censura con entusiasmo cubano “-¡normal! -¡claro que sí!”.
El problema de fondo es haber asumido con normalidad lo que es una alteración de la realidad. A favor de la Liga hay que decir que es una entidad privada que gestiona unos derechos privados. En contra, que debería prevalecer el derecho a la información. No se trata de prodigarse en los detalles de la protesta (así se evita el efecto llamada), pero sí que se puede lograr un equilibrio. Mostrar un plano aéreo desde la estratosfera o emitir repeticiones absurdas es una estafa y tratar a los telespectadores, en este caso clientes que pagan, como idiotas. O como ciudadanos de la China.
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