El triste show de Hernández Hernández

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Tenía que ser el clásico menos clásico de los últimos años. Sin nada en juego. Con el Barça ya campeón de la Liga (y de la Copa). Y con el Madrid pensando en la final de la Champions. Deportivamente, un duelo intrascendente. Ni siquiera nos permitieron el morbo del pasillo. Los blancos no hicieron gala del supuesto señorío del que tanto presumen. Y eso, posiblemente, fue lo que provocó que un partido teóricamente sin sustancia, se afrontara con una enorme tensión entre los dos equipos. La rivalidad, eterna, necesaria, dio paso a una agresividad que desbordó al colegiado Hernández Hernández. El árbitro perdonó una roja clarísima a Bale por una entrada durísima a Umtiti y en cambio expulsó a Sergio Roberto por un supuesto manotazo a Marcelo. Los jugadores no se lo pusieron fácil, pero Hernández Hernández tampoco estuvo a la altura. Una vez más... Fue de mal en peor y acabó fatal. El peor del clásico. 

El Barça quería ganar el clásico para volver a demostrar (ya lo hizo en el Bernabéu) que es mejor equipo del Madrid a pesar de no jugar la final de la Champions como los blancos. Y el Madrid, por el contrario, quería ganar el clásico para dejar claro que si no ha conquistado la Liga es porque la ha tirado para centrarse en lo que de verdad le importa, la Copa de Europa. Así pues, los dos equipos tenían argumentos más que suficientes para buscar la victoria aunque los tres puntos sirvieran de bien poco. Pero con tanta tensión y tan mal arbitraje había poco espacio para el fútbol. Para el buen fútbol. Y la sustitución de Iniesta por Paulinho fue, definitivamente, el paradigma del partido.

Por suerte, siempre nos quedará Messi. Una jugada suya vale por todo un clásico. Y Leo nos dio lo mejor del encuentro. Aunque no fue suficiente para ganar un partido sin nada en juego pero con muchas cuentas pendientes.