El triplete puede poner en peligro el presupuesto económico del año

El once del Barça en Vigo

El once del Barça en Vigo / Valenti Enrich

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Cada semana que pasa el triplete está más cerca. La Copa de la Liga ya está en el Museo del Barça. La Copa del Rey está pendiente de adjudicarse el 25 de mayo en Sevilla con el equipo de Valverde como gran favorito. Y la Champions se ha puesto de cara tras el magnífico 3-0 que deja al Liverpool tocado contra las cuerdas. Al Barça solo le quedan tres partidos decisivos para ganar el tercer triplete de su historia después de los conquistados por Guardiola (2009) y Luis Enrique (2015).

Todo pinta de maravilla. El equipo está enchufado confiando en sus propias fuerzas, Messi vuelve a ser el Rey y Valverde controla la situación con una serenidad elogiable. Falta superar el martes el obstáculo de Anfield y ya solo quedarán las finales del Wanda y del Benito Villamarín para terminar una temporada que puede ser un éxito total. Crucemos los dedos y no lancemos las campanas al vuelo antes de hora. Sin embargo, conviene destacar la madurez que muestra el equipo en los partidos importantes ya que no ha tenido ningún patinazo en nueve meses de competición.

Ante esta situación, el Barça como club vive un caso que parece un trastorno bipolar. El área deportiva se siente feliz y animada mientras que la gestión económica vive el momento con inquietud y preocupación. Nos explicamos rápido. Ganar el triplete tiene como contrapartida unas compensaciones económicas a los jugadores que pueden desequilibrar el presupuesto anual.

Se habla de una cifra que ronda entre los 40 y los 45 millones. Imposible de conocer al detalle ya que depende de la negociación individual de cada futbolista a la hora de formalizar su contrato. Las primas a la antigua usanza, colectivas y solidarias por títulos conseguidos, ya no existen. Ahora cada jugador establece en su contrato un bonus por objetivos. Para entendernos, los de Messi no tienen nada que ver con los de Sergi Roberto. La Copa del Rey no tiene premio, tan solo si va añadida a la Liga o la Champions.

Teniendo en cuenta que hay 25 jugadores en la plantilla, más el cuerpo técnico, se explica que un triplete valga una millonada en forma de paga extra. También los empleados del club, según una vieja norma, tienen una compensación especial por título importante conseguido. El club tiene presupuestado llegar a semifinal de Copa y a cuartos de final de Champions. Si se llega más lejos, aumentan los gastos del presupuesto. Siempre se ha dicho que a nivel económico lo más rentable es llegar a las finales y perderlas, aunque a nivel deportivo el objetivo naturalmente es el contrario. 

Con esta nueva situación ya no hay que negociar cada temporada las primas como se hacía hace una década. Están establecidas en los contratos anuales de los jugadores por lo que solo hace falta abrir el ordenador del tesorero, coger la calculadora y sumar todos los bonus firmados para saber lo que costará el triplete.

El Barça esta temporada trabaja con un presupuesto que contempla 960 millones de ingresos y unos gastos de 929, calculando un beneficio neto de 15 millones, cinco menos que la temporada anterior. El incremento de gasto que generaría el triplete puede poner en riesgo el presupuesto anual aunque el resultado económico final vendrá marcado por lo que se ingrese por traspaso de jugadores. Aquí está la clave para lograr superávit esta temporada ya que la cuenta de explotación sin traspasos sería negativa. No solo hay que fichar bien, es muy importante vender a buen precio.