Treintañeros... y ¿hay alguien más?

Este 2020 que acaba de consumir sus primeros días se barrunta, para bien o para mal, un año que puede marcar un punto de inflexión crucial en el Barça. Una generación de jugadores carismáticos e inigualables que han marcado más de una década de blaugrana pasarán sobradamente la barrera de los 30 años. Y, aunque es incuestionable que las ganas, la ilusión y su ambición permanecen inalterables, es de perogrullo que se hacen mayores. Luis Suárez (24-1-1987), Gerard Piqué (2-2-1987) y Leo Messi (24-6-1987) cumplirán los 33, al igual que un Arturo Vidal (22-5-1987) que de cuestionado y con el cartelito de ‘SE VENDE’ ahora ha pasado a ser intocable… al menos hasta junio. Tras ellos, el incombustible Sergio Busquets (16-7-1988) en la sala de máquinas e Ivan Rakitic (10-3-1988), otro que tenía colgado del cuello la palabra ‘TRANSFERIBLE’, soplarán este año las velas de los 32. Y para completar el club de los treintañeros hay que añadir a un Jordi Alba (21-3-1989) que llegará a los 31 sin tener competencia en su cortijo del lateral izquierdo.

Mientras corren tiempos en el Barcelona en los que parece imponerse el resultadismo y el pragmatismo por encima del estilo y las señas de identidad, resulta preocupante que, al margen de algunos nombres -¿De Jong? ¿Dembélé? ¿Griezmann? ¿Arthur? ¿Ansu?...- no se otee en el horizonte  una planificación, un plan o lo que sea para que la transición de las vacas sagradas no acabe en un cataclismo. El cortoplacismo y el sobrevivir partido a partido parece la única hoja de ruta que impera en las libretas de la secretaría técnica.

El tiempo no pasa en balde para nadie, pero si hay una cosa segura es que no va hacia atrás.