Traspasar a Dembélé puede ser la mejor solución

Ousmane Dembélé, titular

Ousmane Dembélé, titular / EFE

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

En la vida es mejor reconocer un error a tiempo antes de convertirlo en un problema crónico. Hay fichajes que sorprenden positivamente por tener un potencial de crecimiento enorme, caso De Jong, mientras que otros lamentablemente no dan la talla y se convierten en un mal negocio económico, caso Dembélé. Han bastado dos meses para comprobar que el exjugador del Ajax será una estrella en el Camp Nou, un jugador que parece un producto de la cantera por lo bien que se ha adaptado al ADN del Barça. Por el contrario, el exjugador francés del Borussia es la antítesis, la otra cara de la moneda. Lleva dos años en el club y cada vez hay más dudas en torno a su futuro. Entre lesiones, sanciones e indisciplina, se ha quedado en un papel secundario que no hace presagiar nada bueno.

Dembélé parece lejos de cuajar en la estrella que apuntaba cuando se le fichó por un precio fuera de mercado sin analizar a fondo su carácter y personalidad. Es un jugador inmaduro, un niño grande que nunca ha entendido que llegaba a uno de los clubs más importantes del mundo. Por una promesa de 20 años se pagaron 105 millones y se comprometieron 40 en variables. Se tiró la casa por la ventana. Se habían cobrado 222 millones por la marcha de Neymar y había una prisa exagerada por fichar un sustituto. Fue un grave error que acabó costando el puesto al secretario técnico ya que Robert Fernández fue su principal defensor. 

El Barça le sigue viniendo grande a Dembélé. Nadie discute su talento futbolístico, es de los pocos jugadores que tiene el mismo potencial en las dos piernas, pero le falla la cabeza y no pone de su parte lo suficiente para recuperar el terreno perdido. Valverde le ha dejado fuera de los que viajaron a Valencia para jugar contra el Levante, señal inequívoca de que no está satisfecho de su comportamiento. Después de cumplir dos partidos de sanción por decirle a Mateu Lahoz “eres muy malo” ha sido una sorpresa que se quedara fuera de la convocatoria. Esto significa que está por detrás de Griezmann y Ansu Fati. Mal panorama. El Barça lleva trece partidos jugados, solo ha disputado cinco y en solo dos ocasiones fue titular. El balance de un solo gol, dice poco a su favor.

El Barça se plantea seriamente la posibilidad de traspasar a Dembélé si llega una oferta interesante, lo que no quiere es venderlo perdiendo dinero. Será difícil recuperar lo invertido, la cuestión es reducir al mínimo el descalabro económico. Es la misma historia de Coutinho, se compró a precio de crack y se ha tenido que ceder ya que nadie le reconoce hoy esta condición. Si no cambian mucho las cosas, en el Bayern puede tener el mismo recorrido que el madridista James Rodríguez, cuando se acabe la cesión en junio lo van a devolver sin ejecutar la cláusula opcional de compra existente. Si Dembélé juega poco no se va a revalorizar y será difícil encontrarle una salida rentable. Son casos que preocupan mucho a la directiva ya que si acaban mal pueden provocar un agujero al presupuesto.

Es triste reconocerlo pero en el Barça la historia se repite. Fichar aprisa y corriendo no es aconsejable. Y mucho menos si contratas jugadores más por el nombre que tienen que por las necesidades del equipo. Dembélé y Coutinho no eran imprescindibles, eran perfectamente evitables. Es lo mismo que sucedió hace años cuando se fichó a Overmans y Petit dilapidando los 10.000 millones de pesetas cobrados por Figo. Este tipo de errores se pagan muy caros.