Todos culpables, pero unos más que otros

Quique Setién y Arturo Vidal ofrecen sus impresiones sobre el FC Barcelona - Bayern

Quique Setién y Arturo Vidal ofrecen sus impresiones sobre el FC Barcelona - Bayern / FCB

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Cuando todo se derrumba, cuando la vergüenza y la indignación se apoderan de los que de verdad sienten el club, no de los que cobran del club, no es nunca cosa de un mal partido o de un mal año, es consecuencia de un cúmulo de errores. Cuando eso ocurre, es evidente que todos son culpables. En este caso, los jugadores se han ido aburguesando en su cómoda vida llena de lujos.

Nadan entre tanto dinero que ya no les hace falta más. O, por lo menos, no les hace falta seguir esforzándose para seguir cobrando cantidades insultantes durante los tres o cuatro años que la directiva les ha regalado generosa e irresponsablemente. Ahí está el gran problema, siempre lo ha estado. Debe ser una condición humana, pero todas las grandes plantillas que el Barça ha tenido han acabado igual. Viejas y apoltronadas. Jamás se ha sabido hacer la renovación a tiempo. 

EN ESAS ESTAMOS. También están los entrenadores, por supuesto que sí. Ellos son los que no han sabido reconducir la situación, pero tratándose de una cuestión de disciplina, los entrenadores necesitan el apoyo de la directiva. Poner una multa a tiempo, sentar a una vaca sagrada, denunciar públicamente los comportamientos dañinos es entrar en una guerra que tienen perdida si no cuentan con un presidente valiente que les proteja y avale sus decisiones. Los jugadores, y más las figuras que lo han ganado todo, tienen un poder mayúsculo y el cariño de la afición. Por eso, la caída llega tras años de desgaste, decepciones y decadencia.

En el momento del colapso final, entonces sí, pero solo entonces, el vestuario salta por los aires. En esas estamos. Pero aunque todos son culpables, hay alguien que lo es mucho más. El presidente, el que está, por lo menos estatutariamente, en la cúpula de la organización. Él es quien no ha frenado la decadencia, el que ha mimado a los jugadores, el que les ha cubierto de millones, el que ha permitido su desidia, el que ha tirado el dinero en fichajes equivocados, el que ha puesto a un entrenador peor que el que había, el que no ha acertado con los directores deportivos... el que ha de apartarse para que venga otro que haga lo que no ha hecho él, aunque nada garantice que lo vaya a hacer, que esta es otra.