¿Y todavía hay alguien que quiera ser presidente del Barça?

Josep Maria Bartomeu ya no participa en Twitter

Josep Maria Bartomeu ya no participa en Twitter / AFP

Toni Frieros

Toni Frieros

La socorrida y manida frase de que “el Barça es més que un club” y que es una entidad que no tiene parangón con cualquier otra, es tan cierta como que hoy es 6 de noviembre de 2020. El cargo de presidente del FC Barcelona, si nos atenemos a la suerte que han corrido todos ellos desde la dimisión de Josep Lluis Núñez en el año 2000, tendría que estar incluido en el epígrafe de “actividades de riesgo”.

Además, debería obligar a socios, seguidores, simpatizantes, el famoso ‘entorno’ (medios de comunicación incluidos), trabajadores y deportistas, todos sin excepción, a hacer una profunda reflexión para ver si entre todos encontramos respuestas a lo que es una realidad indiscutible: ¿por qué un club tan extraordinario acaba siempre devorándose a sí mismo? ¿por qué todos sus presidentes en los últimos veinte años han tenido un final tan envenenado?

Núñez, que afrontó una Moción de Censura, tuvo que dimitir ante el irrespirable clima social en su contra. Joan Gaspart, autodeclarado él mismo como el peor presidente de la historia, duró tres años en el mandato. Laporta merece capítulo aparte. Un juez le contó 15 días como un año de mandato. En 2008 vivió otra Moción de Censura, después una rebelión a bordo (se le fueron siete directivos) y su mandato acabó con una Acción de Responsabilidad más otra demanda por los avales. En resumen, un vía crucis judicial que puso en peligro su patrimonio y el de los directivos que le acompañaron.

Sandro Rosell, por su parte, tampoco terminó su sexenio. El ‘Caso Neymar’ se lo llevó por delante y ha manifestado por activa y por pasiva que si acabó en la cárcel fue por su condición de ex presidente del FC Barcelona. Y ya han visto ustedes cómo ha salido Josep Maria Bartomeu. Amago de Moción de Censura, dimisión, enfrentado a la Generalitat y recibiendo más palos que una estera.

Y todo eso teniendo en cuenta que desde el año 2003, cuando tomó el mando Laporta, hasta este fatídico 2020 con Bartomeu al frente, el FC Barcelona ha vivido, indubitablemente, los mejores años de su historia. Ha conquistado más títulos que nadie, ha enamorado al mundo con su fútbol, ha consolido un prestigio de club y empresa líder en su sector, ha tenido al mejor futbolista del mundo y a algunos de los secundarios más extraordinarios, ha batido registros de ingresos económicos y de seguidores en redes sociales... y aún así, el Barça está actualmente en manos de una Comisión Gestora y con la sensación de ser una entidad en ruinas.

Algo tendrá el agua cuando la bendicen porque a día de hoy son doce los socios del FC Barcelona que han dicho o dirán que quieren ser su presidente. Hay que ser muy valiente para dar un paso así en una situación de pandemia y con la delicada situación económica por la que atraviesa el club. Al futuro presidente del Barça no le bastará con hacer muy bien las cosas. Haga lo que haga siempre habrá alguien que le estará esperando con la escopeta de cañones recortados. La historia de este club nos dice que, desgraciadamente, es así. Una pena. Recapacitemos

¿Qué sentido tiene hacer las elecciones a finales de enero?

Máximo respeto para la Comisión Gestora del FC Barcelona y sus integrantes, pero me alineo con los que piensan que, una vez dimitida la junta de Bartomeu, lo más sensato hubiera sido convocar las elecciones en cuanto antes. Es decir, ya. Dado que tiene que entrar un nuevo presidente sí o si, qué más da que sea el 1 de diciembre que el 20 de enero. Si son los nuevos inquilinos del Camp Nou los que tendrán que merendarse el cierre económico de la actual temporada 20-21, ¿por qué no dejarle a ellos las negociaciones con los jugadores para la rebaja salarial (como quieren los futbolistas) o incluso las altas y bajas del próximo mercado de invierno? O cerrar el presupuesto. Haga lo que haga esta Gestora, todo lo tendrá que validar la nueva Junta Directiva. Y la Asamblea ¿Entonces? Que me lo expliquen.

Debería haber un primer filtro para ser precandidato

Siempre me he preguntado cómo es posible que los Estatutos del FC Barcelona, no contemplen un artículo o apartado en el que se exija unos requisitos mínimos para ser no ya candidato a la presidencia del FC Barcelona, si no precandidato. Faltaría más que a cualquier socio del club no le asista el derecho a soñar con presidirlo, pero habría que poner un filtro antes de poder anunciar una precandidatura. Cada cual en su casa sabe si lo hace por tener unos días de gloria o si realmente cree que tiene posibilidades, un proyecto ganador. En cualquier caso encontraría acertado que para ser precandidato se presentara un determinado número de firmas. Por ejemplo, la mitad de las necesarias para pasar el corte como candidato. ¿no?