Tocar a las vacas sagradas no puede ser un tabú

Luis Suárez espera terminar con su sequía goleadora en Europa lejos del Camp Nou en Wembley

Luis Suárez espera terminar con su sequía goleadora en Europa lejos del Camp Nou en Wembley / Valentí Enrich

Ernest Folch

Ernest Folch

Los tres tropiezos seguidos del Barça de Valverde en la Liga han dejado al barcelonismo muy preocupado a pesar del poco castigo recibido: solo 2 puntos de los 9 posibles y a pesar de ello el equipo sigue líder. Pero sería de necios engañarse con el liderazgo, que se ha conservado por el mero hecho de que el Madrid de Lopetegui tiene tantas dudas o más que el Barça de Valverde.

Más allá de todos los análisis tácticos que llenan estos días todos los espacios de los medios de comunicación, hay un factor determinante que adquiere más gravedad a cada nueva crisis: la edad de las vacas sagradas de la plantilla. Los datos son fríos e inapelables: a lo largo de esta temporada Suárez, Piqué y Mesi cumplirán 32, Rakitic 31, Alba y Busquets, 30. Es decir, la columna vertebral del equipo afronta la recta final de su carrera y, como es lógico, algunos empiezan a tener lagunas cada vez más evidentes.

Es paradigmático el inicio de temporada de Piqué, protagonista de errores de bulto en los tres últimos partidos, pero seria injusto señalarlo solo a él, porque excepto el de siempre, que es Messi, el resto no ofrece las prestaciones de antaño. En el fútbol no hay nada más difícil que administrar el tramo final de las carreras de grandes jugadores, una máxima que se cumple en el Barça, donde es evidente que cuesta exigirles un alto y constante rendimiento, y además se administran sus renovaciones no como una necesidad deportiva sino como un premio a los servicios prestados.

La consecuencia es que el equipo tiene cada vez más dificultades para ser competitivo y para ser constante a lo largo de toda una temporada. Por eso nos aproximamos al momento en el que los pesos pesados de la plantilla, acostumbrados a jugar por decreto, tienen que volver a sentir que deben ganarse el puesto otra vez, con rotaciones de verdad y una amenaza seria de los suplentes, sean fichajes o canteranos. ‘Tocar’ a los ‘intocables’ tiene que dejar de ser un tabú. Al Barça le va esta temporada y parte de las siguientes.