Toca dar un paso adelante

Koeman pensando

Koeman pensando / FCB

Jordi Cruyff

Jordi Cruyff

Cuando un entrenador cambia su planteamiento, se somete a dos escenarios totalmente diferentes. Si gana, es un genio. Si pierde, le cae una lluvia de reproches. No era la primera vez que Ronald Koeman recurría a ese sistema de juego del que tanto se ha hablado, pero el hecho de haber coincidido con un rival fuerte como el Sevilla, y firmando un buen partido como resultado, es algo muy meritorio.

Jugar con tres centrales no tiene porqué ser la antítesis del fútbol de ataque. Y eso lo vimos en Sevilla. En el fútbol moderno es importante que pruebes variantes, siempre y cuando mantengas la filosofía de ser protagonista del balón, atacar y presionar arriba y tener la posesión para controlar el tiempo del partido. Y eso es posible con una línea de cuatro o con tres centrales en la zaga. Muchos entrenadores utilizan ese recurso. Pep Guardiola, sin ir más lejos. Y también mi padre, que fundamentalmente buscaba que no le sobraran defensas dependiendo del partido. Si el rival jugaba con un delantero, no hacía falta tener tres centrales. Si jugaba con dos atacantes, lo contemplaba.

La cuestión es cómo dispones a tus jugadores y cómo ocupas los espacios para favorecer sus cualidades. Y contra el Sevilla todo encajó, dando libertad a Messi y a Dembélé en tareas ofensivas y con dos carrileros como Alba y Dest atacando el espacio por fuera. Cuando llegamos a estas fechas, los equipos de arriba como el Barcelona tienen más engrasada su máquina de hacer goles. Pero el Barça necesitaba también mejorar su efectividad defensiva. Contra el Sevilla se vio un gran desempeño en ambas facetas, el equipo estuvo agresivo con y sin balón. Y mantener la portería a cero, aunque sea un aspecto que sobre el papel pueda resultar impopular, fue esencial en el Sánchez Pizjuán. Una defensa bien armada siempre te va a dar confianza porque, si no marcas, al menos no tienes la sensación de que vas a perder el partido y quitas presión a tus atacantes. No olvidemos que el Real Madrid ganó la liga el año pasado gracias a su solidez defensiva después del confinamiento.

Pero el planteamiento de la última jornada no tiene por qué ser algo sistemático. Depende del momento. En liga funcionó bien, pero hay que tener en cuenta que el miércoles hay un enfrentamiento en Copa contra un Sevilla que defiende un 2-0 en la ida. Y eso cambia las prioridades del partido.

No es la primera vez que el Barça se aferra a una esperanza de éxito esta temporada. Y hasta ahora se ha quedado a la orilla: la final de la Supercopa, la ida de octavos de Champions con bajas significativas, el golpe que hubiera supuesto ganar al Cádiz, etc… Son contratiempos que forman parte de un equipo en crecimiento, pero ahora sí que toca dar un paso al frente para que esta posibilidad se acerque a una certeza. 

Este momento coincide con unas elecciones que serán fundamentales para el presente y el futuro del club. Pero justo ahora que se reparten las medallas de la temporada, es importante que el equipo se aísle totalmente del exterior y se centre únicamente en lo que transcurra en el campo, porque es el único espacio del que depende esta época decisiva en lo deportivo.