Tiempos revueltos en la Euroliga y en el Madrid

El Real Madrid acabó por los suelos en Kaunas

El Real Madrid acabó por los suelos en Kaunas / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

Si la pandemia ya supuso, y supone aún, muchas dificultades para que se jueguen todos los partidos en las fechas que tocan, la guerra de Ucrania lo complica todavía más. Es evidente que la brutal agresión rusa pasará factura a la competición. De momento habrá cambios de sede, no se jugará en territorio ruso, pero puede que la situación se complique más día a día, ya que los acontecimientos en Ucrania pueden precipitarse.

Parece que ya hay equipos y jugadores que no quieren saber nada acerca de jugar contra ningún rival ruso, o bien no quieren pertenecer a una franquicia de esta nacionalidad. Podemos estar ante un efecto dominó de consecuencias imprevisibles. Veremos cómo actúa la Euroliga.

A nadie se le escapa que hay numerosos intereses económicos en juego. Los patrocinadores rusos tienen mucha fuerza y querrán minimizar el impacto de la guerra en sus negocios. No obstante, Jordi Bertomeu acostumbra a no perder la serenidad en situaciones límite. Aunque deberá hilar muy fino en un escenario que puede que sea el más delicado de su dilatada y exitosa vida como dirigente. No podrá obviar, por otra parte, que las sanciones contra Rusia son un degoteo constante, y el estado de opinión es, evidentemente, favorable a Ucrania, el país agredido.

Cualquier resolución que tome la Euroliga será inspeccionada con lupa, y no debería ser contraria a aquellos que decidan rebelarse contra una situación injustificable que nos avergüenza a todos.

EL MADRID EMPIEZA SU TRANSICIÓN

La imagen de Laso, en un tiempo muerto, intentando activar a sus jugadores en el partido contra el Zalgiris da muestra de que la crisis blanca es más profunda de lo que a primera vista parecía.

La derrota en la Copa ante el Barça escuece. Pero no explica el comportamiento de los madridistas pocos días después. Algo pasa en ese vestuario.

Puede que, después de muchos años de éxito, llegue la época de las vacas flacas, y no es sencillo digerir el declive. Si, además, quien logra el “sorpasso” es el Barça, aún peor.

Sin duda, el Madrid tiene plantilla para superar el actual estado de depresión en el que está sumido. Pero, también es seguro que se acaba un ciclo. Y que la directiva merengue tendrá que tomar muchas decisiones, algunas nada sencillas. Deberán reestructurar el equipo, muchas bajas de jugadores, y probablemente también pueda llegar un nuevo técnico.

Pero, por mucho que incorporen hombres y nombres importantes, necesitarán tiempo para volver a crear un equipo sólido y compacto. Un grupo campeón, que sepa estar en la élite durante mucho tiempo, necesita años de cocción y deberá convivir con más de un batacazo en ese periodo de cambio radical.