Ter Stegen y Piqué hacen justicia

Jordi Alba felicitando a Ter Stegen tras parar el penalti

Jordi Alba felicitando a Ter Stegen tras parar el penalti / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Gran remontada, una remontada más que añadir al libro de las grandes gestas del Barça, el mejor Barça de la temporada, por cierto; incluso el mejor de esta temporada y la temporada anterior. La primera parte, perfecta; la segunda, no tanto. Tácticamente, Koeman salió con el 3-5-2 del sábado y de nuevo el equipo fue más fiable atrás y directo y rematador delante. El resto correspondió a la cabeza de los jugadores, que ya el sábado, en el Sánchez Pizjuán, dieron muestras de creérselo, todo lo contrario que había venido sucediendo hasta entonces. Con confianza y determinación, todo es posible cuando un equipo tiene calidad. Y el Barça la tiene. Ayer, desde el primer minuto, los azulgrana fueron a por faena. Presión, robo y velocidad hacia la puerta sevillista. En diez minutos chutó tres veces a puerta y en el minuto doce marcó Dembélé. A Ousmane, el cambio de sistema le ha venido de perlas. Ahora le saca provecho a su desequilibrio, velocidad y facilidad para chutar con las dos piernas, desde cualquier perfil. Ahora Dembélé disfruta, ahora Dembélé brilla. 

APOTEÓSIS FINAL

Pudo irse ya al descanso el Barça con la eliminatoria empatada. Por juego y por oportunidades, como la que sacó Acuña debajo de los palos, pero en la segunda parte, el Sevilla salió más encerrado y Koeman actuó. Faltando media hora, entró Griezmann por Dest y volvimos al 4-3-3. Pero el gol no llegaba, Alba remató al larguero y pasaban los minutos. En los últimos veinte se desataron los acontecimientos. Ocampos provocó un penalti que Ter Stegen paró. Fue decisivo, ahí se acababa el sueño si el propio Ocampos marcaba. Y luego, segunda amarilla a Fernando faltando dos minutos y la apoteosis final con el gol de Piqué en el 93. En la prórroga, el Barça no tardó en sentenciar con un tanto de Braithwaite. Una gran noche a la que sólo faltó la presencia de la afición para que esto fuera de verdad el punto de reconciliación del que debe surgir el nuevo Barça triomfant. Como dijo Piqué, esta victoria lo cambia todo. El título de Copa está a tiro, la Liga se ha enderezado y la Champions pende del hilo de otra remontada que parece imposible pero que después de lo de ayer lo es menos.