De Ter Stegen a Dembélé

Ter Stegen

Ter Stegen / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Si una imagen vale más que mil palabras, digo yo que dos valdrán más que dos mil. Veamos estas: una salió un par de días antes del último partido del Barça contra el Betis. Ter Stegen, en un vagón del metro desplazándose por Barcelona. La otra es del mismo día del partido, concretamente a los tres minutos del segundo tiempo, el regreso de Dembélé a su localidad tras el descanso cuando su equipo, el Barça, estaba perdiendo 0-2 ante el Betis. Parece ser que este chico suele llegar tarde a muchas de sus obligaciones, pero no era este el mejor momento para que las cámaras de televisión lo divulgaran a todo el mundo. 

RETRATADOS

Pues bien, y nunca mejor dicho, estas imágenes retratan a sus protagonistas. La del portero representa a un deportista de élite humilde, alejado de las frivolidades y los exhibicionismos que normalmente acompañan a la inmensa mayoría de sus colegas, que cuando no viajan en jet privado muestran sus Ferraris en las redes sociales. Un tipo normal, en definitiva, interesado en integrarse a la nueva sociedad en la que vive y desarrolla su trabajo, en aprender lo más rápidamente su idioma y sus costumbres, como también ha quedado demostrado. Bien por Ter Stegen. La segunda imagen delata la irresponsabilidad de Dembélé, lo poco que le importa que el entrenador le deje fuera de la convocatoria, el escaso compromiso con su trabajo y con sus propios compañeros, que estaban sufriendo en el campo. Estoy convencido de que en estas actitudes está otra clave de sus respectivos rendimientos. Es obligación de los directivos y profesionales que les fichan informarse antes del ‘currículum moral’ de aquellos por los que van a pagar una millonada. Quiero pensar que con Ter Stegen se recabaron los debidos informes sobre sus antecedentes personales, pero lo que es seguro es que con Dembélé se pasó, irresponsablemente, de todo.