Así, la temporada se hará muy larga

Araujo, durante el partido contra el Granada

Araujo, durante el partido contra el Granada / EFE

Gerard López

Gerard López

Poco fútbol y la sensación de desesperación en un Barcelona que sufrió durante 90 minutos para lograr empatar el tempranero gol del Granada, equipo que llegaba al Camp Nou sin conocer la victoria. El Barça ofreció una pésima imagen en una noche que será recordada por la decidida apuesta de Koeman por los jóvenes, pero sobre todo por ver durante el tramo final del encuentro (durante 20 minutos) a Piqué, a Araujo y a Luuk de Jong en el eje del ataque intentando rematar alguno de los centros que le llegaban desde la banda. Era la única arma ofensiva de un equipo que carece de plan futbolístico. No se plantea abrir el campo, hacer bascular a la defensa o buscar espacios por el centro. El Barça, desde su inicio, planteó un encuentro para jugar por las bandas desde donde centrar. El problema es que empezó sin un delantero centro rematador pues De Jong estaba en el banquillo y Demir, por ejemplo, en el campo. El extremo está demasiado verde para el primer equipo y me cuesta entender su apuesta si el juego iba en un sentido totalmente opuesto a sus virtudes. Sin un nueve, nadie remataba los centros de los laterales. Me cuesta también entender la presencia de Coutinho quien sigue con el quiero y no puedo mientras otros, como Riqui Puig, se comen las uñas en el banquillo. Creo que jugadores como el canterano necesitan más oportunidades, o al menos las mismas, que otros.

El partido fue la imagen de la impotencia y decepción de un Barcelona que en nada se parece a lo que pretende ser o a lo que había sido. Hoy, es un equipo que no domina futbolísticamente. ¿Es dónde queremos ir? Si siempre que el equipo va perdiendo las soluciones son tirar balones al área… En un club tan purista, tan cruyffista, tan acostumbrado a construir el juego a partir de la pelota… Así se acabará con la paciencia de mucha gente. El ímpetu, el corazón, la fuerza de voluntad gustan a la afición pero a todo ello debes sumar un aspecto futbolístico.

Todo lo que no fuese ganar ayer contra el Granada, que es un equipo muy limitado, que solo tuvo media ocasión de gol y que se encerró atrás como pudo defendiendo el tanto inicial, es una mala noticia para el Barcelona. Sin embargo, empató y celebró el empate como si de una victoria se tratara. Es cierto que el Barça tuvo muchas ocasiones, pero este sufrimiento, como si cada día se acabara el mundo, puede hacer que la temporada sea muy larga. La sensación de que todo esto no tiene buen final. Si el cuarto partido de Liga estamos así, esto no lo aguanta nadie. 

El empate servirá para seguir adelante en una semana complicadísima para el equipo y necesitará también mucha más suerte de la que tuvo la noche de ayer en el Camp Nou.