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Tebas pone a prueba a La Masia

Gavi y Araujo celebran la Supercopa

Gavi y Araujo celebran la Supercopa / FCB

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Se fue Griezmann, cuyo salario era de los importantes. Como el de Coutinho, que ya no le cuesta ni un euro al Barça tras irse a la Premier. Lo mismo que Piqué, que colgó las botas por sorpresa. También Memphis, vestido con la camiseta del Atlético, ha dejado de ser una carga económica para el club. La masa salarial de la plantilla que dirige Xavi, es un hecho, va disminuyendo a medida que, poco a poco, la dirección deportiva logra liberar hipotecas del pasado y puede ir implementando una escala salarial que permita hacer sostenible el coste del primer equipo. El Barça, en ese sentido, está haciendo los deberes y, aunque queda mucho por hacer y está obligado a seguir haciendo recortes, va en la dirección correcta.   

Lo sorprendente, lo que se hace muy difícil de explicar y mucho más de entender, es que, tras las salidas de futbolistas cuya nómina suponían una enorme carga, LaLiga siga manteniendo una posición de bloqueo total a operaciones que, sobre el papel, no generan ningún problema para las arcas del club ni tampoco suponen un agravio comparativo a nivel económico para el resto de quienes forman parte de la competición. ¿Cómo es posible que salga Griezmann y no pueda inscribirse a Gavi? ¿Es normal que sin Piqué no haya margen para renovar a Balde? Sin la carga de Coutinho y Memphis, ¿el nuevo contrato de Araujo no puede entrar en vigor?. 

La sensación es que Javier Tebas está utilizando su poder como presidente de la patronal para hacer pagar al Barça su supuesta deslealtad por mantenerse al frente del proyecto de la Superliga. El camino hacia la regularización de la masa salarial blaugrana es una carrera de obstáculos que LaLiga va colocando indiscriminadamente y que ha obligado al club a plantarse. Es intolerable que una organización cuyo objetivo debería ser facilitar el crecimiento de quienes la forman y, así, potenciar la competición, se haya convertido en el peor enemigo de uno de las dos entidades que más negocio generan para el resto. Las guerras personales de Tebas perjudican a todos, pero nadie alza la voz para poner freno a la locura que supone poner en peligro la continuidad de Gavi, Araujo o Balde en LaLiga. La gran suerte para la gestión inconsciente de la patronal y para los intereses del Barça es que los tres han jurado fidelidad al escudo culé, algo poco habitual hoy en día. De lo contrario, ya estarían descontando las horas para cambiar de país. Tebas está poniendo a prueba a La Masia y, una vez más, la cantera responde como siempre lo ha hecho, demostrando que quienes se sienten parte de ella nunca fallan.