La Supercopa y la colonización del fútbol

La Supercopa cambió su formato y de alguna manera rompió una tradición que premiaba al campeón del año

Rubiales se siente orgulloso de que la Supercopa se juegue en Arabia Saudí

Rubiales se siente orgulloso de que la Supercopa se juegue en Arabia Saudí / EFE

César L. Menotti

César L. Menotti

La Supercopa cambió su formato y de alguna manera rompió una tradición que premiaba al campeón del año y que reforzaba la historia de enfrentamientos. Con este nuevo formato y su celebración en Arabia Saudí se trata de una competición más ligada al orden de los nuevos negocios, la televisión y la expansión del fútbol hacia nuevas regiones sin tradición futbolística. Pero también atenta contra la relación del público con sus equipos al no disputarse en sus estadios. El Camp Nou, el Bernabéu, Mestalla, el nuevo Metropolitano son escenarios que fueron fabricados para la presencia de los grandes jugadores, que son los que sostienen la relación con el público. Por eso al salir la competición al extranjero algo se quiebra en la relación con el público. 

Me preocupa también el exceso de confrontaciones. Todos vivimos del fútbol, y los negocios del fútbol, pero cuidado, y lo digo con respeto a quienes tomaron las decisiones: los clubs le pertenecen a la gente. Puedo entender que el fútbol se ha globalizado, que es muy seductor atraer nuevas inversiones y generar recursos en el extranjero así como también expandir la marca. Pero los grandes equipos son lo que son por la historia que construyeron en los grandes escenarios. Lo digo con el máximo respeto a las decisiones de los clubes: le pertenece a la gente. 

Siempre le dije a los jugadores cuando entraban al campo de juego: “Miren a la gente. Están allí sus padres, sus mujeres, sus hijos y su público”. Los jugadores le pertenecen al público. No quiero que el futbolista pierda su relación  de respeto con el público que acude cada semana a los estadios, me gustaría que las instituciones profundicen en esa relación. Basta con entrar en  estadios como el Camp Nou o el Bernabéu para comprenderlo.

Respecto a mis críticas a la organización en Arabia Saudí entiendo que me podrán responder que hoy los medios televisivos y los patrocinios son los que sostienen las inversiones en las plantillas. Pero creo que es importante que los clubs continúen reforzando el sentido de pertenencia. Jugar en Arabia Saudí es parte de las nuevas estrategias de colonización del fútbol en países sin tradición futbolística. He disputado la Supercopa cuando dirigí al Barcelona y enfrentando al Real Madrid, era una competición muy especial, no me gustaría que ese espíritu se pierda. 

Pero la Supercopa es una competición muy especial. La definen los equipos mas sólidos de la temporada. Podríamos señalar que ni Real Madrid, ni Barcelona, ni Atlético, ni Valencia están en un momento de juego colectivo brillante. Quizás sea la temporada más igualada para los cuatro de los últimos años. El Madrid ha mejorado algo pero no consigue dominar los partidos los noventa minutos; al Atlético lo sostiene la continuidad de Simeone y es un equipo aún en búsqueda de su mejor versión aunque siempre sólido y competitivo; el Barcelona tiene al mejor jugador del mundo, Messi, y aún está muy lejos de su mejor versión; y el Valencia, para desgracia de Celades, llega con muchos lesionados. Todos los partidos de la Supercopa con este nivel de adversarios son partidos atractivos, con grandes figuras. Si uno revisa el potencial del rendimiento de los equipos no hay uno de los cuatro que pueda marcar su superioridad desde el análisis del juego, aunque sí por la diferencia en cuanto a individualidades.

Habrá que acostumbrarse a esta era moderna pero más allá del atractivo que me genera como hincha del fútbol ver medirse a los cuatro mejores equipos españoles, insisto en que no hay que debilitar las relaciones del público con sus equipos. No es lo mismo salir campeón en Arabia Saudí que en el campo de cualquiera de los participantes. Ganar en tu cancha es incomparable.