Sufrir, sufrir y sufrir hasta las elecciones

Koeman, en Mendizorroza

Koeman, en Mendizorroza / AFP

Albert Sáez

Albert Sáez

Los chicos lo dieron todo. Koeman jugó tan bien como pudo las cartas que le ha dado. Pero como dice Messi, no les alcanza. Y a la vista no hay muchas soluciones disponibles. Hay que sufrir mucho, con resultados desiguales, hasta que el club recupere la normalidad institucional. ¿Y qué presidente necesita el Barça después de la larga marcha de Josep Maria Bartomeu devorado finalmente por sus propias inseguridades? Vamos a soñar por unas líneas y por unos días, hasta que los candidatos sean más o menos definitivos y tengamos que optar entre lo posible y no entre lo deseable.

Necesitamos un presidente que supere las rencillas nacidas de las escisiones surgidas de las elecciones del 2003. ¡Han pasado 17 años! La dialéctica Nuñez-Laporta fue sustituida en poco tiempo por la dialéctica Laporta-Rosell. Y en los últimos seis años, Barto no ha hecho otra cosa que sustituir a su gran amigo. No se trata de que el propio Laporta no pueda ser candidato, que lo será, ni que Sandro no pueda inspirar una candidatura, que lo hará. Se trata de que la campaña y la votación no se plantee en esos términos tan endogámicos. El Barça necesita un presidente que mande. Sobre los jugadores y sobre el resto de los profesionales del club.

Carles Tusquets, incluso siendo presidente de la Comisión Gestora, ha tardado 24 horas en despedir a Jaume Masferrer, embarrado en el Barçagate. Veremos cómo reacciona con los desafíos del mercado de invierno. Pero el mensaje, desde sensibilidades tan diferentes como las de Messi y Piqué, ha sido el mismo: el presidente no se puede esconder detrás de los jugadores. Si el gobierno de Madrid no lo remedia, el Barça tendrá que tener un presidente solvente. A los candidatos se les tendrá que exigir transparencia para que aclaren de dónde consiguen ese aval. Y en todo caso, el Barça necesita un presidente que no lo quiera ser porque es independentista o que pretenda serlo porque no lo es.